Kraken, de China Mieville

• El autor británico nos trae una historia fantástica y surrealista.
• Fantasía urbana al más puro estilo weird.

China Mieville es uno de los autores de literatura fantástica más galardonados de los últimos años, autor de novelas como La ciudad y la ciudad, La cicatriz, El consejo de hierro o Embassytown, y está considerado como uno de los grandes referentes del New Weird, una nueva manera de acercarse a la literatura fantástica desde la extrañeza, la otredad y el sentido de la maravilla. Kraken, publicada en 2010, contiene algunos de los elementos por los que Mieville ha alcanzado el éxito y suma algo menos habitual en sus novelas, un acusado sentido del humor.

Según su sinopsis:

En lo más remoto del ala de investigación del museo de Historia Natural hay un preciado espécimen, algo único e insólito: un calamar gigante que se conserva en perfecto estado. Pero ¿qué consecuencias acarreará la repentina e inverosímil desaparición del animal?

Para el conservador del museo, Billy Harrow, será el primer paso de un salto sin red hacia un Londres de cultos enfrentados, magia surrealista, apóstatas y asesinos. La criatura que ha estado custodiando podría ser algo más que una rareza biológica: hay quien asegura que se trata de un dios.

Un dios que algunos esperan que acabe con el mundo.

Si después de leer la sinopsis no habéis pestañeado dos veces, es que no sois humanos. La propuesta de Mieville, que se adentra más que nunca en la fantasía urbana, te golpea sin misericordia a cada capítulo, como si fuera capaz de demostrar que tiene más ideas por desarrollar de las que muchos autores presentan en un solo libro.

Kraken suena a otros libros, eso está claro. Es imposible no atisbar la influencia de Pratchett en el sentido del humor ácido, incluso en la composición de su personaje principal, Billy Harrow, que parece el habitual “yo pasaba por aquí y me cayó encima una que no me esperaba” protagonista del Mundodisco. También hay trazas de Gaiman, del cual es imposible escapar si escribes fantasía urbana, con ecos a su Londres de Neverwhere, solo que a Mieville no le hace falta crear una ciudad subterránea… usa el Londres de verdad.

Es una novela divertida, llena de humor, con un uso magistral de la fantasía y que funciona a la perfección. Un libro recomendado para todos los que ya han leído antes a Mieville y también para aquellos que quieran introducirse en el New Weird o la fantasía urbana por primera vez. Eso sí, el único manchón que le veo al libro es la traducción, que en mi opinión no acaba de estar a la altura (y no es de extrañar, viendo la cantidad de referencias culturales que habrá tenido que manejar).