- La paciencia es una arma que muchos autores deben aprender a utilizar.
- Es mejor escribir una página buena al día que diez mediocres.
Escribir mucho de golpe no siempre es lo mejor para tu novela, aunque a veces sientas la necesidad de ir cada vez más deprisa. Grandes autores de la historia de la literatura fueron conocidos por llevar un ritmo de trabajo en el que apenas superaban las 500 palabras al día. Hemingway o Graham Greene fueron algunos de ellos.
Lo primero que hay que dejar claro es que 500 palabras al día, pero todos los días. La constancia es fundamental a la hora de escribir, y si te pones un objetivo, lo mejor que puedes hacer es cumplirlo. También hay que dejar claro que esas 500 palabras no nacen de la nada. El trabajo de estructura y documentación previo ocupa bastante tiempo.
500 palabas, sí, pero tienen que ser 500 palabras que marquen la diferencia. Juan Rulfo se desvivía un día entero por si tenía que poner o quitar una coma. No os digo que hagáis lo mismo, pero cuanto más contenido sea vuestro objetivo, más fácil os resultará dar un salto de calidad. Eso si es lo que buscáis, claro, a veces se busca una calidad menor a cambio de más y más páginas.
Un objetivo corto en cuanto a las palabras diarias tampoco quiere decir que se le dedique poco tiempo. Además de la documentación y preparación diarias, o el cuidado y la tranquilidad a la hora de escribir, no podemos obviar el trabajo dedicado a la corrección. Cuanto más cuidado está un texto, más fácil será que sea publicado.
Otra de las ventajas de trabajar así es que es más fácil encontrar el tiempo para escribir. Si queremos trabajar 2 000 palabras al día tendremos que tener muy claro nuestro horario. Con 500, hacer un hueco se hace más sencillo aunque tengamos un día complicado. También ten clara una cosa: a veces esas 500 (o 1 000 o 2 000) palabras no siempre van a estar bien. Cógelas y bórralas. Lo importante es la constancia y un día malo lo tiene cualquiera. Eso sí, borrar unos cientos de palabras siempre duele menos que unos miles.
Como manera de controlar el tiempo y el trabajo realizado, hay autores que marcan en un calendario los días que han cumplido el objetivo. De un sólo vistazo puedes ver cómo va tu ritmo de trabajo y también cómo ajustarlo en un futuro, cambiando tus hábitos y horarios. Aviso: cuando ves muchos días tachados te animas en seguida, pero cuando ves muchos vacíos… es un tanto descorazonador.
Recuerda: constancia y paciencia son las claves para escribir un libro. 500 palabras al día pueden marcar la diferencia.