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5 consejos para cuando hayas terminado tu manuscrito

AutorAlfredo Álamo el 24 de febrero de 2016 en Divulgación
  • Escribir es lo más divertido del proceso, pero luego hay que seguir trabajando.
  • Hay pequeñas claves que te ayudarán a seguir adelante.

Máquina clásica de escribir de color rojo sobre sillón de cuero negro.

Sí, escribir es el proceso maravilloso en el que pasas horas y horas sintiendo cómo la creatividad fluye por tus venas. Tramas impresionantes. Diálogos chispeantes. Cliffhangers. Pura poesía, vaya. Pero todo lo bueno se termina, amigos, y cuando pones el punto final a un texto todavía te queda la parte menos divertida, pero en la que se concretará la calidad final de tu obra: la revisión. Hoy en Lecturalia os damos algunos consejos para esos momentos que a todo escritor le aburren.

Corregir es la clave.

Si acometer la revisión completa de tu novela desde el principio te parece mucho trabajo, puede que lo mejor sea un acercamiento no lineal. Es decir, no hace falta que corrijas el estilo, la ortografía y los diálogos mientras revisas la trama de un capítulo para que te encaje mejor. Dedícate a un problema cada vez y lo verás todo más claro.

Busca un buen lector cero.

Está claro que todos tenemos esa persona de confianza que lee nuestro primer texto, nos lo tira a la cara y luego escupe en el suelo mientras nos maldice enumerando todos nuestros errores. Si no es así, ya tardáis. Pero no es a él al que me refiero en esta ocasión: buscad siempre a alguien que sea lo más parecido al lector al que está dirigido el libro. Posiblemente os ahorréis algún disgusto, sobre todo si estáis trabajando con material infantil y juvenil.

Comparte el proceso de creación.

Uno de los grandes problemas al que se enfrenta todo escritor es la comunicación. No hace falta que perdáis más tiempo en redes sociales del que ya lo hacéis, así que comparte tus logros y tus miserias a la hora de trabajar en tiempo real y deja que sea el resto de la comunidad la que se interese por cómo va tu trabajo. Una captura de ese primer capítulo, el momento en que llegas a la página 100, el momento de tu primera carta de rechazo… momentos de la vida diaria que puedes compartir sin apenas esfuerzo.

Ten claro tu objetivo.

Escribir en España es llorar, parafraseando a Larra, así que lo mejor que puedes hacer una vez has terminado tu manuscrito es plantear qué quieres hacer con él. ¿Vale la pena que lo muevas por decenas de editoriales o es mejor que descanse un tiempo en un cajón? ¿Crees que tiene salida en una grande o su casa es una pequeña independiente? ¿Autoedición, tal vez? Si le das demasiadas vueltas acabarás por no avanzar. Decide.

Es hora de que escribas el siguiente libro.

Una vez has terminado de corregir y has decidido qué hacer con tu novela, lo mejor que puedes hacer es olvidarte de ella por un tiempo y ponerte a trabajar en la siguiente. No esperes a que te conteste nadie, no dependes de los tiempos de las editoriales sino el tuyo propio. Estamos hablando de un trabajo de meses, así que lo mejor que puedes hacer es no perder el ritmo y empezar a documentarte, tomar notas y seguir tecleando, que es la mejor y única manera de convertirte en escritor.

Alfredo Álamo

(Valencia, 1975) escribe bordeando territorios fronterizos, entre sombras y engranajes, siempre en terreno de sueños que a veces se convierten en pesadillas. Actualmente es el Coordinador de la red social Lecturalia al mismo tiempo que sigue su carrera literaria.

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