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Umberto Eco: El bestseller imposible

AutorAlfredo Álamo el 23 de febrero de 2016 en Divulgación
  • Eco consiguió el éxito literario escribiendo para una minoría.
  • Su trabajo como ensayista fue tan importante como el de narrador.

Imagen del autor italiano Umberto Eco.

La primera vez que leí a Umberto Eco fue a través de las páginas de El nombre de la rosa, así que supongo que no fue algo muy original por mi parte. Yo tendría unos trece o catorce años y recuerdo la edición en imitación de cuero blanco y letras azules del Círculo de lectores. Era verano y yo me leía cualquier cosa que cayera en mis manos a toda velocidad, hasta que cogí El nombre de la rosa y fue como si me diera contra un muro de ladrillos.

Siempre me ha gustado la historia, hasta incluso cometí la locura de estudiarla, y el mazazo erudito de Eco en El nombre de la rosa fue suficiente como para hacerme comprender la cantidad de cosas que me quedaban por aprender y que me apasionaban. Durante años se me quedó en la cabeza la descripción de la imaginería milenarista de la abadía, así como el laberinto de la biblioteca.

Si con El nombre de la rosa, Eco me hizo interesarme por la historia, creo que El péndulo de Foucault es el libro con el que decidí que quería ser escritor. Supongo que por su visión descarnada del mundo editorial, por su capacidad para mezclar su propia vida con la de los personajes y una trama de conjuras que, al fin y al cabo, no era sino una excusa para el resto de la historia.

Luego, ya en la universidad, vino La isla del día de antes, y luego Baudolino, donde trató otra de mis historias favoritas como es la del Preste Juan. En un viaje en avión, precisamente a Milán, leí La misteriosa llama de la Reina Loana, una mirada genial a la cultura popular y a su propia vida, una novela biográfica que salta de un lado a otro entre cómics, música, libros y recuerdos.

De sus ensayos, creo que todos leímos en algún momento Apocalípticos e Integrados o Los límites de la interpretación, aunque otra cosa es que lográramos entender del todo lo que Eco quería decirnos. ¿Cuál es mi favorito? Quizá Kant y el ornitorrinco o El superhombre de masas, mi interés en Eco iba encaminado al análisis literario y de la cultura popular.

Lo interesante, y excepcional, de Umberto Eco es que sus libros no están pensados como libros superventas. Nunca siguió las líneas que trazan los verdaderos profesionales a la hora de construir sus historias. Las tramas de sus libros son complejas, carecen de un ritmo rápido y aparecen en ellos largas digresiones que apenas aportan algo a la trama. El nombre de la rosa se convirtió en uno de los libros más vendidos del mundo, así que es posible que esa etiqueta ayudara a que su obra fuera difundida mucho más de lo que hubiera sido normal.

En cualquier caso, Eco fue un narrador magistral, defensor de la cultura popular, lo cual hoy en día, viendo a algunos comentaristas culturales, resultaba hasta valiente, y cuyas ideas, pese a quedar algo superadas por la tecnología –resulta muy interesante su rechazo a los libros digitales-, siguen siendo una referencia para cualquiera que quiera profundizar en la teoría literaria.

Para mí, en lo personal, fue autor de algunos de los libros que marcaron mi vida en un momento determinado. Una constante que me acompañó mientras crecía y empezaba a conocerme. Eco ha muerto a los 84 años y nos deja mucho por leer y por aprender, como buen maestro que era.

¿Y para vosotros? ¿Qué importancia creéis que tiene Umberto Eco? ¿Cuál es vuestro libro favorito de este autor italiano?

Foto de Rob Bogaerts del Nationaal Archief Fotocollectie Anefo, bajo licencia CC BY-SA 3.0

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(Valencia, 1975) escribe bordeando territorios fronterizos, entre sombras y engranajes, siempre en terreno de sueños que a veces se convierten en pesadillas. Actualmente es el Coordinador de la red social Lecturalia al mismo tiempo que sigue su carrera literaria.

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