Entrevista a Miguel Ángel González, autor de Todos los miedos.

• Miguel Ángel Gozález es el último ganador del Premio Café Gijón.
• En Todos los miedos nos cuenta dos historias diferentes sólo en apariencia.

Miguel Ángel González es otro de esos escritores que poco a poco van sonando con más fuerza dentro del panorama literario. Sin alardes o grandes campañas de publicidad, el trabajo de González es constante, siendo ganador de premios como el José Luis Coll de Novela de Humor, el Ciudad de Martos o, en los últimos meses, el prestigioso Café Gijón con su novela Todos los miedos. Hoy tenemos la suerte de poder preguntarle algunas de las claves sobre este libro y también sobre algunos aspectos de su trabajo como escritor.

Con Todos los miedos has ganado el Premio Café Gijón, uno de los que tiene mayor solera en España, pero no es el primero de tu carrera. ¿Nos podrías contar cómo se prepara uno para lanzarse al mundo de los premios literarios?

Lo cierto es que nunca escribo pensando en presentarme a un determinado premio. Eso es algo que viene después. Me resultaría complicado escribir una obra, ya fuera un relato, una novela o un poema, pensando en presentarme a un certamen concreto. Escribo con absoluta libertad. En este momento estoy centrado en una nueva obra de teatro y durante todo el proceso creativo no he pensado en ningún momento si decidiré montarla directamente en una sala o, quizá, presentarme previamente a un certamen de dramaturgia. Ese tipo de decisiones las tomo posteriormente. La luna de Armstrong y Kubrick, mi anterior novela, la publiqué directamente con una editorial y, en cambio, Todos los miedos, al terminarla, me pareció una obra idónea para presentarla a un certamen del calibre del Café Gijón. Si tuviera que dar un consejo, sería que la mejor forma de ganar un premio es no pensar absolutamente nada en él durante el proceso de creación.

En esta novela has optado por contar dos historias que comparten un elemento común, el de afrontar el futuro, aunque en un caso se inicia una etapa y en el otro parece que se cierra. ¿Es así como nos encontramos todos en un momento u otro de nuestra vida?

Decía John Lennon aquello de que la vida es eso que te va sucediendo mientras estás ocupado haciendo planes. En cierta forma, esa frase resume a la perfección la vida de cualquiera y también la trama central de mi novela. Siempre nos encontramos en un proceso de cerrar una determinada etapa o de comenzar una nueva. Siempre estamos pensando en la forma en la que gestionaremos algo nuevo que nos va a ocurrir, sin prestarle demasiada atención al momento actual. De eso habla la novela. De dos personas que temen enfrentarse al futuro que les espera y mientras intentan prepararse, casi sin darse cuenta, viven su presente. Y ahí justo es donde me gusta detenerme como autor, en ese momento cotidiano de su día a día, aparentemente intrascendente, pero que a mí me sirve para construir su biografía.

De eso habla la novela. De dos personas que temen enfrentarse al futuro que les espera y mientras intentan prepararse, casi sin darse cuenta, viven su presente.

También vemos que existe el tratamiento de los hechos extraordinarios, los que cambian la vida de arriba abajo, de cómo una persona corriente tiene que aprender a gestionar lo que antes parecía imposible. ¿Has tratado de ponerte en la piel de alguien así o es un tema que querías explorar a fondo?

Para tratar dos temas tan duros como los que se abordan en la novela, que son el de una mujer secuestrada y torturada, y el de un enfermo en fase terminal, hice un trabajo previo de documentación, además de ponerme en contacto con diferentes colectivos que trabajan con personas que han pasado por ambos procesos, para que todo lo que fuera a contar en la novela resultara verosímil.

Después, partiendo de toda esa información que obtuve, inventé una historia de ficción en la que intenté que, pese a no tener ninguna relación con la realidad, sus personajes principales parecieran tan reales y tangibles como fuera posible.

(…) hice un trabajo previo de documentación, además de ponerme en contacto con diferentes colectivos que trabajan con personas que han pasado por ambos procesos

En otros de tus libros has demostrado un gran sentido del humor. ¿Lo encontraremos también aquí?

Más que humor, creo que en toda mi obra hay una especie de pesimismo irónico que puede resultarle divertido al lector. Con El trabajo os hará libres gané el Premio de Novela de Humor José Luis Coll, pero lo cierto es que la obra cuenta la vida de un perdedor que tiene tan asumida su derrota que se limita a sobrevivir, puesto que piensa que nada de lo que pueda hacer mejorará su existencia.

Algo similar a lo que ocurre con las series de Ricky Gervais, sus personajes están tan al límite de lo políticamente correcto, que aunque deberían producir estupor, provocan risa. Todos los miedos tiene algo de eso, de ese humor negro que hace que nos sintamos culpables al sonreír. Aunque debido al tema que trata, esos momentos no son tan recurrentes como en otras de mis obras.

Y por último, ¿qué le dirías a nuestros lectores para animarles a leer tu libro?

Cuando Charles Chaplin presentó La quimera del oro ante la prensa, dijo que no podía asegurar que se tratara de su mejor película, pero que le encantaría ser recordado en el futuro como “El director de La quimera del oro”.

Yo hago mías sus palabras; no puedo asegurar que Todos los miedos sea mi mejor obra, espero escribir muchas más y sentirme orgulloso de todas ellas, pero lo que puedo asegurar es que se trata de una novela en la que he logrado plasmar lo que soy como escritor y que, por tal motivo, sería un honor que fuera la obra por la que se me recordara.

No podemos terminar sin dar las gracias a Miguel Ángel González por haber sido tan amable de responder a nuestras preguntas y desearle, cómo no, un gran éxito con su novela y en sus siguientes trabajos literarios.

Imagen cortesía del autor.