Entrevista a Alejandro Palomas, autor de Un perro

• Tras el éxito de Una madre vuelve el mejor Alejandro Palomas.
• Esta obra es una mirada tierna y cruda a la familia.

Alejandro Palomas ha desarrollado una carrera literaria a ritmo tranquilo, pero sin aparente pausa. Con El tiempo del corazón fue galardonado como Nuevo Talento FNAC y desde entonces ha cultivado un estilo agradable y personal con el que ha quedado finalista de alguno de los premios más prestigiosos en España, como el Ciudad de Torrevieja o el Primavera. Tras lograr un gran éxito con Una madre y Un niño, Palomas nos trae Un perro (Destino, 2016), la tercera entrega de un universo propio con el que se ha hecho con el favor de muchos lectores. Aprovechamos la oportunidad para realizarle una pequeña entrevista.

Un perro hace, si las cuentas no nos fallan, tu libro publicado número catorce. Es un número más que respetable. Si miras ahora hacia atrás, ¿esperabas encontrar tantas historias cuando empezaste a escribir?

La verdad es que nunca, desde que empecé, he dudado de que tendría historias que contar. Supongo que eso se debe a que tengo una curiosidad insaciable, y mientras la curiosidad está en activo, las historias llegan porque hay vida al otro lado. Otra cosa es que no imaginara que llegaría al lugar donde estoy ahora, ni que lo escribo tuviera tanta repercusión. Y si he de serte sincero, todavía no termino de creérmelo demasiado. Es como si me hubiera llegado de golpe, como si esa primera parte de mi producción, de mi obra, hubiera sido una escuela para lo que ha llegado después. O como si en 2002, cuando publiqué El tiempo que nos une, hubiera empezado una maratón de la que yo no era consciente y en este momento estuviera en la parte más placentera porque las “pájaras” del recorrido han pasado y ahora solo queda correr por correr, por el disfrute mismo de ver los pies sobre el asfalto.

Otra cosa es que no imaginara que llegaría al lugar donde estoy ahora, ni que lo escribo tuviera tanta repercusión. Y si he de serte sincero, todavía no termino de creérmelo demasiado.

Con Una madre iniciaste lo que parece ser un pequeño universo personal al que has invitado a muchos lectores. ¿Te planteaste que ibas a seguir escribiendo sobre algunos de los personajes del libro?

En cuanto lo terminé. Supe enseguida que me había quedado corto, que quería más porque me había enamorado de tal modo de los personajes, de Amalia, Fer, Silvia y los demás, que entendí que no podía dejarlos así, que no podía prescindir de ellos. El luto iba a ser demasiado duro, por eso rápidamente decidí que necesitaba más de ellos: más tiempo, más abrazos, más compañía… más todo.

Dices en tu carta de presentación de la novela, que Un perro no es una novela sobre segundas oportunidades, sino de las mejores oportunidades. ¿Nos podrías hablar más sobre esto?

Sí. La vida me ha enseñado que no solo hay segundas oportunidades, sino que hay más. Cuando uno es generoso con la vida, la vida suele ser generosa con uno, aunque es ella quien elige cómo y muchas veces no lo entendemos enseguida. A mí me ha costado mucho aprender a gustarme y a perdonarme por mis errores, y por ende he sido muy exigente con los demás, pero he aprendido a ser menos juicio y más oportunidad, y sobre todo a tolerar cosas que jamás creí que toleraría. Cuando hablo de las “mejores oportunidades” estoy hablando de las que se aprovechan, de las que abren un camino y nos empujan hacia algo que tiene color y olor de aventura.

Cuando hablo de las “mejores oportunidades” estoy hablando de las que se aprovechan, de las que abren un camino y nos empujan hacia algo que tiene color y olor de aventura

En Un perro, como parece evidente, es muy importante la figura de R. ¿Cómo has conseguido darle protagonismo? ¿Tan importante te parece la relación que podemos establecer con nuestros animales?

Una de cuatro personas de nuestro país tiene un animal en casa. Me refiero a un animal de compañía. A partir de ese 25% de la estadística, no es muy difícil imaginar la importancia que tienen los animales para quienes comparten su vida con ellos. En mi caso, tengo un perro desde hace once años, cuatro meses y diecisiete días, y su mirada me ha salvado a tiempo en varias ocasiones de peligros y fantasmas que de otro modo quizá habrían podido conmigo. Un perro –y hablo de un perro porque es lo que mejor conozco y porque es un perro el gran protagonista de la novela- es el amor coherente, el que responde siempre al mismo estímulo con el que te entregas a él y eso es tan poderoso que solo quien lo conoce de primera mano estará entendiéndome.

¿Cierras con Un perro esta serie de novelas o podemos esperar más historias sobre Fer, Amalia, Emma, Silvia, Shirley y R.?

No lo sé todavía. Es difícil separarte de una familia así cuando la encuentras, y sobre todo es terrible el vacío que se plantea si decido hacerlo. De momento, estoy todavía asimilando Un perro y compartiéndolo con el exterior. Prefiero no pensar en lo que ha de llegar.

Y por último, ¿podrías darnos una buena razón por la que todo el mundo debería leer Un perro?

Porque te regala una familia única en la que todo parece mejor, y porque a mí, como escritor, todos y cada uno de ellos me ha hecho y sigue haciéndome mejor persona. No es exactamente una novela. Es la vida toda, entera y en vena.

Y con esto decimos adiós a Alejandro Palomas, dándole las gracias por su amabilidad al contestar a todas nuestras preguntas. Esperamos que su novela sea un éxito y esperamos vuestra opinión, como siempre, en los comentarios.

Imagen cortesía del autor y Editorial Destino.