- A la hora de escribir conviene conocer unas verdades fundamentales.
- Nadie empieza un trabajo sabiéndolo todo.
Si has decidido que la literatura es lo tuyo y vas a dedicarle un buen tiempo de tu vida a partir de ahora necesitas saber unas cuantas cosas acerca del oficio -y suplicio- de escritor. Mucha gente se lanza a la aventura literaria confiando en su talento y buen hacer para encontrarse, más adelante, con un buen número de dificultades que no esperaba. No es que escribir sea más difícil que cualquier otro trabajo, que no lo es en absoluto, pero al ser parte de nosotros, parece que al final nos lo tomamos todo más a pecho. Hoy en Lecturalia os damos unos consejos vitales para que sepáis qué es lo que os puede venir encima.
Puedes ser bueno y que nadie te haga caso.
Es triste pero es así. Llegar a tu público no es fácil y muchas veces depende más de la suerte que del talento que tengas. Esto es independiente de si te publicas tú mismo o buscas una editorial, a veces, sencillamente, no hay nadie ahí fuera. ¿Descorazonador? Puede, pero no deberías rendirte con facilidad. Hay que seguir intentándolo.
No te obsesiones con Internet.
Deja de buscarte en Google, deja de revisar tus seguidores de Twitter y no mandes tantos mensajes privados en Facebook. Si quieres tener repercusión, lo mejor que puedes hacer es escribir más y mejor. Si pierdes más tiempo en redes sociales que delante de la página en blanco es que algo estás haciendo mal. En el caso de que te lleguen críticas negativas, lo mejor es que las leas, mires si aportan algo, y pases página. A nadie le gusta ver cómo un escritor entra a destrozar una opinión. ¿No te ha gustado? Escribe. Más. Mejor.
Lo que escribes no es mejor que lo escriben los demás.
No creas que por ser un tipo profundo y hablar de temas muy interesantes estás por encima de los demás, escriban lo que escriban. Es mejor que no hables de lo que no te gusta, pero despreciar el trabajo de los demás no queda nada bien. Además, en la red todo se guarda y no querrás ver tu nombre asociado a este tipo de comentarios cuando alguien se interese por tu obra.
No dejes tu trabajo.
Parece un consejo demasiado sencillo, pero no lo es. Conozco a más de un escritor en ciernes que al lograr un primer éxito -sin que fuera un exitazo- lo dejó todo y trató de vivir sólo de la literatura. Hoy en día no es una buena idea. Si vas a desarrollar un proyecto literario, asegúrate no quemar todos tus puentes y busca ingresos que te vayan a ayudar a escribir, pero hazlo antes, no después.
Si no te sientes a gusto, déjalo.
Es duro, lo sé. Pero hay gente que no hace más que quejarse de lo duro que es escribir y de la poca atención que reciben. La mayor parte del trabajo del escritor se hace en silencio, aguantando, escribiendo y, sobre todo, esperando. Si no eres capaz de soportar las críticas, la falta de repercusión, los desacuerdos y la espera, lo mejor es que dejes de escribir como si fuera un oficio. No hace falta ser un profesional o tener mucho éxito para ser un escritor excelente.