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5 consejos para mantener el ritmo de escritura

AutorAlfredo Álamo el 18 de agosto de 2015 en Divulgación
  • Las buenas historias no nacen de la nada: hay que trabajar.
  • La mayoría de la gente no va a entender que estás escribiendo.

Relojes de bolsillo sobre máquina de escribir vintage.

Muy pocos autores pueden dedicarse por completo a la literatura, con horarios a medida y la dedicación que necesiten. La mayoría de escritores tiene que compartir su pasión con otro trabajo, además, claro, del espacio que sus familias reclaman (y con razón). Por eso a veces se nos hace muy complicado avanzar en las historias que estamos escribiendo, ¡siempre surge algo! Así que lo mejor es tratar de organizarse de una manera lógica.

1. Márcate un número de palabras.

Pueden ser al día, a la semana o al mes. Yo apuesto por la marca semanal, intentando cumplir un mínimo diario. ¿Cuántas? Eso ya da igual, pueden ser 200 al día o 1000. Lo importante es que sea una cantidad que hayas probado antes y que consideres factible. No hace falta que estés delante de tu ordenador en una posición de reflexión intelectual. Lleva siempre una libreta encima y un bolígrafo.

2. Mantén un horario.

Es difícil, sobre todo con otro trabajo, pero cuanto antes marques una rutina en la que todo el mundo sepa que vas a estar trabajando en tu novela, antes lograrás que ese momento se respete. Si dices que todos los días de 20:00 a 21:00 vas a estar escribiendo, con el tiempo se convertirá en que, ¡sí! de 20:00 a 21:00 estarás escribiendo. El cartel de «no molestar, genio trabajando» en la puerta también ayuda.

3. Adáptate.

Es quizá el consejo más difícil, pero es que muchas veces te vas a encontrar con que tus planes no funcionan. Sé flexible en los horarios, pero mantenlos. No te vuelvas loco si esa tarde que te habías reservado se convierte en la tarde de plancha o si tus sobrinos vienen de visita. Si no puedes escribir, revisa. Si no puedes revisar, piensa en cómo avanzar. Si no te dejan pensar, únete a ellos y vuelve más tarde. No existe el escritor que duerma todas sus horas.

4. Pide ayuda.

No desesperes delante del manuscrito si te atascas o ves que la revisión que habías empezado se te hace eterna. Ya hemos hablado en otras ocasiones que tener un grupo de amigos escritores -o con gran afición por la lectura- viene muy bien para liberar tensión y ahorrar tiempo con una mirada fresca. Manda una parte de lo que estás escribiendo y sigue adelante. Si estás muy agobiado, ¡ruega por un café o una cerveza!

5. Si algo no te sale, cambia.

No te encalles con un relato al que no le ves el final, o con un capítulo en el que no estás logrando transmitir lo que querías. Salta a otra idea, cambia de capítulo y sigue adelante. Lo importante es que sigas escribiendo todos los días. Si algo te sale mal a la primera, no importa. Revisar es fundamental y tarde o temprano tendrás que cambiar muchísimas cosas. Así que no te cortes a la hora de dejar abandonado un personaje y seguir con otro, o de empezar un nuevo cuento con otro a medio hacer.

Alfredo Álamo

(Valencia, 1975) escribe bordeando territorios fronterizos, entre sombras y engranajes, siempre en terreno de sueños que a veces se convierten en pesadillas. Actualmente es el Coordinador de la red social Lecturalia al mismo tiempo que sigue su carrera literaria.

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