- Ya sabemos que el libro huele muy, pero que muy bien, pero…
- El libro electrónico también tiene sus ventajas. Y no son pocas.
A mí también me gustan mucho los libros en papel. Tengo la casa llena de ellos. Me gusta su tacto, su olor y las sensaciones que transmiten. Pero también tengo un lector de libros electrónicos que se ha convertido en mi acompañante diario. Y es que los ebooks también tienen sus ventajas.
1 – No pesa.
Bueno, pesa un poco. Unos gramos. Se lleva bien en el bolso, en la mochila o incluso en el bolsillo. Genial para leer en la cama, en el sofá, boca arriba, boca abajo o con una sola mano.
2 – No se le pierden hojas ni se deteriora.
En todo caso se estropea el cacharro físico, jamás el archivo original. No como en esos libros de papel tan sufridamente físicos.
3 – Si lo pierdes o se borra lo puedes volver a bajar.
Una biblioteca digital bien organizada y en la nube durará lo que dure la tecnología. ¿Es eterno? No. Pero es genial a la hora de mudarte. Lo digo por experiencia.
4 – Puedes cambiar el tamaño de la letra.
Todo es muy bonito cuando eres joven, pero a partir de los 40 la cosa se empieza poner complicada con las bifocales. ¡Viva el tamaño de letra bien gordo!
5 – Siempre se acuerda de dónde te quedaste leyendo.
Te levantas por la mañana y has pasado la noche leyendo hasta que se te cerraron los ojos de golpe. No pasa nada. Al encender el reader te mostrará exactamente dónde te quedaste.
6 – No ocupa espacio en tu abarrotada biblioteca.
A mí no me caben más libros ni de canto. Así que lo veo una ventaja total.
7 – Si es malo lo borras y desaparece de tu vida.
Así ese libro que compraste sin estar muy convencido, o que te regalaron sin conocerte demasiado, dejará de recordarte su existencia con un sencillo click. Nadie se dará cuenta. El crimen perfecto.
8 – Es muy fácil organizar una biblioteca.
Con la cantidad de programas que hay para gestionar tu biblioteca digital, como por ejemplo Calibre, no volverás a perder una tarde buscando ese maldito libro que no sabes dónde se ha metido.
9 – Los censores no lo pueden quemar.
Podrán tratar de impedir su distribución, pero los libros digitales siempre volverán a aparecer, bien por la red, bien ocultos en tarjetas de memoria o en casi cualquier dispositivo. Son pequeños, son ligeros y se pueden copiar.
10 – Si no te gusta el final, puedes cambiarlo sin que nadie se entere.
Venga, confesad. ¿No os haría ilusión salvar a alguno de los personajes que Martin se dedica a descabezar? Seguro que hay por ahí algún libro cuyo final os dejó con mal cuerpo. Pues cámbialo. Modifícalo. Hazlo tuyo. El futuro será colectivo, o no será.
Recuerda que el 4 de julio es el día del ebook. Comenta y comparte este artículo bajo el hashtag #díadelebook.