- The Bookish Banquet realizó varias cenas ambientadas en libros como La vida de Pi.
- La idea surgió de los divertidos eventos gastronómicos pop-up.
La escritora y cocinera Chantal Hintze descubrió el mundo de los Supper Clubs de Londres, eventos pop-up en los que se preparan y ofrecen menús especiales casi sin avisar y en lugares de lo más curioso. Animada por estos eventos gastronómicos casi de guerrilla, y tras asistir al Mad Hatters Supper Club, dedicado a Alicia en el País de las Maravillas, Hintze decidió crear su propio club, The Bookish Banquet.
En el Bookish Banquet se pretendía ofrecer una experiencia completa, con una cuidada decoración acorde al libro elegido, toda una experiencia teatral que incluía un narrador que, con cada plato, unía el relato a la gastronomía. La idea era que el momento respirara la misma esencia que el libro y fomentar un ambiente lleno de conversaciones interesantes.
A lo largo de su existencia -hoy en día ya han dejado atrás este proyecto- se hicieron menús y reuniones basadas en libros como Alicia en el País de las Maravillas, Las aventuras de Sherlock Holmes, Momo, La vida de Pi, La guía del autoestopista galáctico o Noches en el circo, de Ángela Carter (una cena a la que me hubiera encantado asistir).
Por poner un ejemplo, este fue el menú de la noche dedicada a Sherlock Holmes, tomando como inspiración los relatos de Un escándalo en Bohemia o Las cinco semillas de naranja.
Menú:
Un viaje a través de Londres: Tartaleta de paloma (o de cheddar y puerro) con puré de castañas, ensalada de Picalilli, chirivía y alcachofa de Jerusalén y patata, con una mini pinta de consomé de champiñones con espuma de romero.
Fuego en Serpentine Avenue: Creme-Brulee de calabaza de invierno con brioche casero.
Recuerdos desde Pondicherry: Calabaza asada con sirope de arce y espuma de gruyere.
La banda de lunares: Puddin de sebo y frutas secas con salsa de caramelo.
Los vicios de Sherlock: Chupito de chocolate caliente con chili y ron, con churros y polvo de caramelo efervescente.
Una mezcla de platos de origen victoriano -como no podía ser de otra forma- pero con un tratamiento contemporáneo. Desde luego, un menú que se adapta como un guante a las historias de Holmes y que ya desde sus nombres ayudan a meterse en este divertido juego gastronómico-literario.
¿Qué os parece la idea? Unir libros y comida, relatos, teatro, juego y diversión parece una fórmula perfecta. Espero que pronto surjan más iniciativas parecidas al Bookish Banquet. ¿Y vosotros? Os esperamos, como siempre, en los comentarios.
Más información:
Angela Carter