- La mayoría de escritores aconsejan escribir todos los días, no importa el qué.
- Es difícil saber si la cantidad es mejor que la calidad.
Tanto si quieres ser escritor como si lo único que buscas es escribir por puro placer, tienes que tener en cuenta que la escritura mejora cuanto más la practicas, y que dejar meses enteros sin sentarte frente a la página en blanco sólo es una manera de perder el hilo de tu narración. A lo largo de la historia, grandes autores han explicado sus métodos para obligarse a no perder el hábito y seguir hacia delante.
A veces puede parecer que escribir algo tan exiguo como doscientas o trescientas palabras al día no te va a llevar a ninguna parte. Pero en realidad es una cantidad que al cabo de un mes te podría dar casi diez mil palabras. En un año tendrías nada más y nada menos que ciento veinte mil. Toda una novela. Eso sí, luego tendrías que ponerte a revisar… y es más que probable que de todas esas palabras te quedes sólo con la mitad.
Jack London escribía todos los días 1000 palabras y William Golding aseguraba que llegaba a las 3000, lo mismo que Norman Mailer y Arthur Conan Doyle. No siempre se puede alcanzar este nivel, pero a veces, en una buena temporada, puede hasta doblarse, como hacía Raymond Chandler, un auténtico prodigio que podía llegar a escribir 5000 al día durante meses. Stephen King, por ejemplo, escribe 2000 al día, eso sí, sin adverbios.
Pero no hay que obsesionarse con estas cifras, que pueden parecer mareantes. Muchas de esas palabras luego eran cortadas, eliminadas y revisadas una y otra vez. En el extremo opuesto a estos incontinentes de la palabra podríamos encontrar a Dorothy Parker, la cual siempre decía «No puedo escribir cinco palabras sin cambiar siete»
Lo cierto es que lo importante es el hábito diario, no importa si son cinco, veinte, cien o mil: lo importante es que la narración, la historia, el músculo invisible que vive en nuestro cerebro, se ejercite, trabaje y nos sirva para luego, más adelante, lograr nuestro objetivo, que puede ser desde un poema hasta una novela en cuatro grandes partes durante un frenesí creativo de pocos meses.
En el caso de que penséis que no tenéis demasiado tiempo para escribir, aquí os dejo el vídeo del campeón de tecleo de 2010 en el SXSW que alcanzó la velocidad de 163 palabras por minuto. Si es que ya no quedan excusas.