- ¿Qué pasa con todos los libros de un autor cuando la editorial cierra?
- La vida de un libro nuevo es más corta de lo que muchos creen.
Has publicado tu libro en una editorial con cierto renombre, aunque pequeña. El trato es bueno, las críticas son excelentes y ganas un premio. Pronto ves tu obra en varias librerías importantes. Todo parece que funciona. Pero la realidad tiene otros planes y, como siempre, pasados tres o cuatro meses la mayoría de las librerías renueva sus escaparates y comienzan las devoluciones a la editorial. No pasa nada. Volverán a mover el libro más adelante. Pero un día te llaman: la editorial cierra y tus libros, desaparecen.
Los saldos de libros son un mundo curioso. Hay compradores que se hacen con lotes gigantes y luego los almacenan a la espera de tiempos mejores, o bien con la esperanza de que esos ejemplares se conviertan en escasos volúmenes de una colección incompleta. El caso es que muchos de los libros que salen de editoriales extintas se saldan. La teoría es que, como autor, puedes comprar los libros a precio barato, pero en la práctica parece que siempre se escapan algunos por ahí. Además, un libro saldado puede retrasar una reedición de la obra durante años.
Este es el caso, por ejemplo, de Rojo alma, negro sombra, una de las primeras novelas de Ismael Martínez Biurrun, que salió publicada con 451 y que de un día para otro se perdió en el limbo de los libros descatalogados. El hecho es que es uno de los mejores libros de su autor y había cierta demanda por encontrarlo en papel. No es broma: el libro se cotizaba en Amazon a 45 euros.
El caso es que años después, en la librería Gigamesh de Barcelona, se encontraron con una oferta sorprendente: 500 ejemplares de Rojo alma, negro sombra en perfecto estado. Era una oportunidad única, así que se hicieron con el saldo, pero en lugar de sacarlo como se suele hacer, tirado de precio, decidieron ponerle un precio apropiado, 5 euros, y, esta es la novedad, darle un porcentaje al autor. Además, han repartido el libro por otras librerías y se ha vuelto a mover un poco la promoción del libro.
A veces la desaparición de una editorial puede suponer hasta la quema de ejemplares de una novela, otras, el saldo indiscriminado que inunda de libros baratos el mercado y, por lo visto ahora, es posible un saldo inteligente con el que la vida útil de una novela vaya mucho más allá de tres meses en una mesa de novedades.
Ismael Martínez Biurrun
Rojo alma, negro sombra