La visión de la psicología femenina en el Japón a finales del siglo XIX y principios del XX resulta intrigante y, en ocasiones, angustiosa, sobre todo gracias al estilo oscuro y sincero de Kyusaku Yumeno. Satori reune en El infierno de las chicas tres relatos cargados de engaños e intriga a cargo del autor japonés.
Yumeno fue, en sí mismo, todo un personaje literario. Seudónimo de Naoki Sugiyama, destacó ya de niño como superdotado, a lo que unió una fragilidad física que le hizo pasar mucho tiempo enfrascado en la lectura. Apasionado de la novela negra anglosajona que comenzaba a llegar a Japón, Yumeno probó con varios oficios sin demasiada suerte hasta que se pasó al periodismo y la literatura. Aunque comenzó con relatos infantiles, pronto su pasión por lo extraño y enfermizo le hizo escribir ficción criminal, campo por el que es conocido hoy en día.
Por desgracia, Yumeno murió a los 47 años, dejando una carrera prometedora todavía en sus inicios. En El infierno de las chicas nos encontramos con No tiene importancia, Asesinatos por relevos y La mujer de Marte.
Según su sinopsis:
Las tres protagonistas de El infierno de las chicas intentan sobrevivir en un mundo sórdido sometidas a la voluntad de los hombres mientras vagan por un retorcido laberinto de engaños, intrigas y callejones sin salida construido con maestría por uno de los escritores más innovadores de la literatura japonesa moderna.
Kyusaku Yumeno fue un escritor de misterio admirado por su oscura imaginación y por su talento para ir más allá de los límites establecidos para el género. Comparado frecuentemente con Kafka y Poe, sus obras inquietantes, atrevidas y de estilo inconfundiblemente bizarre reciben hoy el reconocimiento del que su autor no pudo disfrutar en su tiempo.
Las tres historias están contadas con un estilo que mezcla las notas de diario y las cartas. Son relatos epistolares en los que el autor puede aprovechar para dejar indicaciones de cómo se espera que sea el comportamiento de las mujeres de acuerdo a la sociedad normal y de cómo se comportan las protagonistas en realidad. Son narraciones en las que hay cierto aire moralizante que acaba por convertirse en un ambiente malsano. Es curioso, como en toda la literatura popular japonesa de esta época, encontrarse cómo la influencia occidental se mezcla con la tradición, sobre todo en algunos aspectos del comportamiento.
Tres relatos singulares que significan también el establecimiento de la tradición criminal japonesa desde una perspectiva narrativa moderna, donde no cuenta tanto la investigación como los hechos y la perspectiva psicológica de los protagonistas.
Kyusaku Yumeno
El infierno de las chicas