Un nivel de alfabetización de casi el 100%, exenciones fiscales, ayudas a la edición por parte del estado, prohibición de grandes descuentos… razones más que suficientes para el boom de la literatura nórdica en los últimos años.
Desde que Larsson nos asaltara con la trilogía Millenium han sido centenares los autores nórdicos que han desembarcado en nuestras librerías, hasta tal punto que mucha gente ya alerta de un cierto agotamiento. Pero lo cierto es que siguen apareciendo más y más autores y uno no puede dejar de preguntarse, ¿cómo lo hacen?
La población de los países del Norte de Europa no es muy alta, pero tienen un nivel de alfabetización y de estudios superiores mayor que el de la media Europea. Eso produce tanto un número elevado de lectores como de autores. Pero claro, hace falta algo más para que la gente se anime.
El asunto del idioma. Puede parecer una paradoja, pero como tanto el sueco, como el noruego, el danés, el finlandés o el islandés, son idiomas complicados de traducir, en las dos direcciones, la producción local siempre ha copado las librerías. Además, en países como Noruega, el estado compra 1000 ejemplares de los libros que pasan ciertos criterios de calidad. Mil ejemplares que permiten a las pequeñas y medianas editoriales asegurarse una continuidad y a los autores, un adelanto sustancioso.
Es cierto que son países con una economía saneada -la mayor parte-, lo que les permite, por ejemplo, que los escritores reconocidos reciban una paga por parte del estado, o bien que el acceso a una beca de creación sea algo habitual. Eso permite una mayor dedicación a la literatura que en el resto de países.
Los libros en Noruega, por ejemplo, no tienen IVA. Tampoco se permiten los grandes descuentos en el precio de los libros. El mercado es estable y, aunque pequeño, es capaz de mantener a muchos autores, bien total o parcialmente.
El extremo está en Islandia: con 300.000 habitantes, se calcula que uno de cada diez islandeses publicará un libro en los próximos años. Su cultura literaria es muy alta, es un país con una riqueza en leyendas e historias increíble, y ahora se han concentrado en ponerla por escrito.
¿Y vosotros? ¿Qué medidas creéis necesarias para que la literatura en castellano tuviera un empuje parecido? Os esperamos, como siempre, en los comentarios.
Stieg Larsson