Nic Pizzolatto es el guionista de True Detective, una de las series de televisión que más éxito han conseguido en 2014. Su éxito ha sido tal que se han publicado varios libros hablando sobre la filosofía y las referencias literarias que salpican constantemente sus episodios. Con ese éxito incontestable a sus espaldas, era cuestión de tiempo que alguna editorial se fijara en la obra narrativa de Pizzolatto, y ha sido Salamandra quien, inaugurando su nuevo sello Salamandra Black, ha decidido publicar su primera novela: Galveston.
Pizzolatto fue ganador en 2006 del premio de relato corto Frank O’Connor y recibió elogios en el Premio Pushcart. Sus relatos dieron paso entonces a Galveston, novela que fue finalista del Edgar a Mejor Primera Novela en 2010 y que ganó el Spur y el Premier Roman étranger, también otorgados a una ópera prima. Así pues, Galveston es anterior tanto a True Detective como los capítulos para otra gran serie de suspense, The Killing, con los que Pizzolatto había dado sus primeros pasos en la televisión de primer nivel.
Galveston es una novela fría. Pizzolatto traslada a la perfección la sensación de decadencia y abandono de toda una región del sur de los Estados Unidos y de la gente marginada, perdida y sin esperanzas que pulula por los barrios bajos, los moteles baratos o los bares de carretera. A través de Roy Cady, un matón de tercera, Pizzolatto aprovecha para hacer un recorrido parecido -pero no igual- que el de Rusty Cohle en True Detective, en el que el horror de un destino manifiesto y terrible hace que se hunda en un nihilismo en el que refugiarse, pese a la posibilidad de una redención final. Sin embargo, Roy Cady es un hombre sencillo, monocorde, de ideas limitadas que se limita a indagar en su propio interior en busca de respuestas. Bueno, en su interior y en el de cualquier botella de cerveza o de whisky que encuentre en su camino.
Galveston se mueve entre el hardboiled y el noir, entre la road movie y la novela polar. Paisajes muertos, memorias rotas y una desazón continua. Interesante para los amantes del género en el que la acción queda en un segundo plano y la introspección se desata, pero lejos del ataque referencial de True Detective. Galveston es una novela sencilla, sin grandes alardes, un buen inicio para la carrera de Pizzolatto en la literatura.
Nic Pizzolatto
Galveston