Está claro que una obra de ficción no es, por sí misma, un detonante capaz de desatar el instinto asesino de una persona, pero en ocasiones hasta un autor se ve afectado por situaciones en las que forma parte de situaciones de vida o muerte. Este el caso de Rabia, una de las novelas que Stephen King firmó bajo el seudónimo de Richard Bachman y que se vio envuelta en varios tiroteos estudiantiles.
Rabia es una catarsis del propio King, en la que trató de dar rienda suelta a la frustración que vivió durante sus años de instituto, una violenta historia en la que el joven Charlie Decker acaba por matar a varios profesores y provoca una situación de rehenes que acaba de una manera de lo más rocambolesca. La identificación de King con Decker es patente, sobre todo por ese final en el que (atención, spoiler) el joven sobrevive a varios disparos para ser juzgado y encontrado no culpable por motivos mentales, siendo ingresado en un hospital psiquiátrico.
En 1988 se dio el primer incidente en el que el libro de King se vio envuelto, una situación de rehenes que acabó, afortunadamente, sin ningún muerto. Al año siguiente, en 1989, volvió a pasar lo mismo. En 1996 la cosa pasó a mayores y el joven Barry Loukaitis mató a dos de sus compañeros e hirió a varios más. Loukaitis citaba frases de Rabia mientras lo hacía. Pero fue en 1997 cuando King quedó más afectado: Michael Carneal disparó a ocho estudiantes. Tenía una copia de Rabia en su taquilla.
King decidió retirar el libro del mercado. Creo que es una de las decisiones más difíciles a las que se puede enfrentar un escritor, pero está claro que King no podía soportar más que su libro fuera utilizado como excusa para cometer asesinatos. Aunque tuviera claro que no era responsable de aquellas situaciones, es muy difícil escapar del sentimiento de culpa. La novela tardó un poco en desaparecer y en posteriores antologías de la obra de Bachman ya no ha vuelto a ser puesta a la venta.
Es interesante lo que ha comentado King en varias ocasiones hablando sobre Rabia. Según él, hoy en día, si alguien hubiera leído sus textos escritos en el instituto seguramente habría despertado numerosas alarmas y habría sido, cuanto menos, tratado psicológicamente. Lo que para él era una liberación, para otros habría significado un peligro muy real.
¿Y vosotros? ¿Pensáis que King hizo bien retirando el libro o fue una reacción exagerada? Os esperamos, como siempre, en los comentarios.
Rabia