La decadencia del escritor de clase media

Los ingresos de los escritores van cuesta abajo y sin frenos, al menos en Inglaterra, según cuenta allí la prensa, por debajo de lo que se considera digno para vivir. Teniendo en cuenta que el mercado anglosajón es, de largo, mucho más grande que el español, y viendo las quejas que en los últimos meses se han dado por España, está claro que la situación del mercado en castellano no es mucho mejor.

¿Qué está sucediendo? Pese a que en castellano los autores apuntan a la piratería, la crisis o la falta de cultura, entre otros factores, en Inglaterra se habla de la saturación del mercado. Se publica, como aquí, muchísimo, con la aparición del mercado de la autoedición como un boom que sigue en aumento, lo que ha creado una oferta descomunal. ¿El resultado? Los bestsellers siguen vendiendo muchísimo, pero de ahí para abajo la situación es desoladora. Las ventas se reparten muchísimo más que antes y los autores que antes podían dedicarse con lo justo a escribir, ahora ven que el negocio no les sale a cuenta.

Esta situación está siendo valorada en Reino Unido, donde se considera que la aportación de los escritores a la industria cultural es fundamental, no sólo en el apartado de los libros sino por su contribución al cine, la televisión y los videojuegos. Eso sí, en lugar de buscar políticas más restrictivas en el campo de la piratería (que, al fin y al cabo, es un problema más editorial), se quiere conseguir una mejora fiscal para los autores, además de una mayor protección del copyright respecto a las editoriales, sobre todo en el terreno del ebook.

Creo que es el camino a la hora de reclamar derechos desde el punto de vista del escritor, apostar por el apoyo a la creación y no por la recaudación, la multa y el enfrentamiento constante. Es la única forma en que ese escritor de clase media, que hoy en día ve amenazada su forma de vida, pueda comenzar a adaptarse a las nuevas formas que, sin duda, nos va a traer el siglo XXI.