No hay nada mejor para leer un libro digital que un e-reader, pero parece que la visión de un dispositivo ideal para cada uso no ha calado lo suficiente, ni entre usuarios ni entre la industria del libro electrónico.
En los últimos años hemos asistido al boom del ebook, una nueva tecnología ligada de forma irremediable al uso de un dispositivo electrónico. El ideal es, sin duda, el e-reader de tinta electrónica, un gadget que disfrutó de unas muy buenas ventas en los últimos años pero que ahora parece estancado y con visos de sufrir un bajón en 2014. En 2013 se vendieron prácticamente los mismos que en 2012 y con datos alarmantes: las cifras de ventas fueron casi superiores a la de los propios ebooks.
Así que nos encontramos con dispositivos que llevan tiempo sin recibir actualizaciones importantes (se ha incrementado un poco la nitidez de las fuentes y algunos llevan -oooh- luz incorporada) pero nada que suponga una renovación. Además, los teléfonos -casi más que las tabletas- con sus nuevas pantallas, que se acercan ya a las 6 pulgadas de los e-readers, suponen una competencia feroz.
De hecho, las grandes compañías dedicadas a la suscripción literaria, como son Nubico en España u Oyster en el mercado anglosajón, apuestan decididamente por los sistemas de smartphones y tabletas. Nubico da soporte a un sólo modelo de e-reader, mientras que Oyster ya ni siquiera lo hace. Desde luego, comprar desde el teléfono es una tendencia cada vez más usual, pero hacerlo desde el e-reader sólo parece funcionar bien con Amazon.
Y hablando de Amazon: otra compañía que aumenta su ecosistema con un teléfono propio que se integrará con el Kindle y el Kindle Fire. Como novedad interesante: sacándole una foto a la portada de un libro, el teléfono lo podrá identificar y dar la opción de compra directa. Otro paso más de Jeff Bezos hacia la dominación mundial.
¿Qué les hace falta a los e-readers para ganar esta carrera? Es difícil decirlo. Si no reciben novedades tecnológicas quedarán como dispositivos muy específicos para grandes lectores. El resto se pasará a la tableta o al teléfono donde, esperemos, en algún momento dado se presenten pantallas mucho más apropiadas para la lectura que las actuales.
¿Y vosotros? ¿Qué pensáis? Si os tocara comprar un dispositivo ahora, ¿sería un e-reader o un smartphone? Os esperamos, como siempre, en los comentarios.