Parece inevitable que a la muerte de un escritor conocido surjan manuscritos que, por algún motivo u otro, no habían sido publicados. Es igual de cierto que el interés de los lectores por un autor recién desaparecido se multiplica, haciendo atractivo desde obras primerizas a otras desechadas por fallidas.
Pues bien, Gabriel García Márquez no podía ser menos y a pocos, poquísimos, días de su muerte ya tenemos noticia de una novela que dejó sin publicar. Se titula En agosto nos vemos y, por el momento, no hay nada decidido sobre su futuro. Es normal que la familia no esté pensando en estos momentos si quiere vender o no los derechos de este libro y es posible que García Márquez diera instrucciones al respecto.
En agosto nos vemos fue escrito casi al mismo tiempo que su última novela, Memoria de mis putas tristes, que vio la luz en 2004. Ya en 2005, García Márquez anunció que dejaba la narrativa. Nacida como cuento en 1999, el desarrollo se fue alargando y hoy por hoy es una historia terminada, de la que nadie sabía demasiado. De hecho, García Márquez leyó en público el primer capítulo de la obra (y que fue publicado originalmente en Letralia), que empieza así:
Volvió a la isla el viernes 16 de agosto en el transbordador de las dos de la tarde. Llevaba una camisa de cuadros escoceses, pantalones de vaquero, zapatos sencillos de tacón bajo y sin medias, una sombrilla de raso y, como único equipaje, un maletín de playa. En la fila de taxis del muelle fue directa a un modelo antiguo carcomido por el salitre. El chófer la recibió con un saludo de antiguo conocido y la llevó dando tumbos a través del pueblo indigente, con casas de bahareque y techos de palma, y calles de arenas blancas frente a un mar ardiente. Tuvo que hacer cabriolas para sortear los cerdos impávidos y a los niños desnudos, que lo burlaban con pases de toreros. Al final del pueblo se enfiló por una avenida de palmeras reales, donde estaban las playas y los hoteles de turismo, entre el mar abierto y una laguna interior poblada de garzas azules. Por fin se detuvo en el hotel más viejo y desmerecido.
Sin duda, En agosto nos vemos se corresponde al García Márquez maduro y en su etapa final, un regalo para todos sus seguidores. Pero, como siempre, surgen las dudas: ¿Está En agosto nos vemos realmente terminada? De ser así, ¿por qué no la publicó García Márquez en vida? Quizá no estaba contento con el resultado, o puede que el proyecto que buscaba quedó incompleto. ¿Es necesaria su publicación comercial o debería pasar a una fundación que la divulgara? Preguntas que, con toda seguridad, serán contestadas en los próximos meses.
¿Y vosotros? ¿Qué pensáis de En agosto nos vemos? ¿Será un libro interesante o se la juzgará como incompleta? Os esperamos, como siempre, en los comentarios.
Gabriel García Márquez