Ya os hemos hablado en otras ocasiones del origen del Día del Libro, que nació en España en 1926, siendo en la época la fecha fijada el 7 de octubre, ya que, según se pensaba, era la del nacimiento de Cervantes. Con el tiempo se trasladó al 23 de abril y, aunque la festividad tuvo sus altibajos, a partir de los años 80 resurgió con fuerza, sobre todo en Cataluña, donde la festividad de Sant Jordi se ha convertido en toda una tradición.
Pues bien, esta celebración fue elegida por la UNESCO para instaurar uno de sus Días Mundiales, esta vez dedicado al libro y al que unió una coletilla de «y los derechos de autor». Sin embargo, no todos los países mantienen esta fecha y son varios los que han escogido sus propias fechas para celebrar la festividad dedicada al libro y sus autores.
En el ámbito hispanoamericano, Chile comenzó celebrando el Día del Libro el 29 de noviembre como homenaje a uno de sus más grandes autores: Andrés Bello. En la actualidad esta celebración ha quedado olvidada y se celebra el 23 de abril. En Uruguay se marcó la fecha el 26 de mayo, como homenaje a la inauguración de la Biblioteca Nacional en 1816.
Pero el caso más curioso es el de Reino Unido, donde celebran el Día Mundial del Libro (World Book Day) el primer jueves de marzo, para evitar problemas con las vacaciones de Pascua, así como por los problemas de agenda que suponía coincidir con la fiesta nacional inglesa, el día de San Jorge.
Para aumentar el número de países que celebran el Día Internacional del Libro, la UNESCO elige cada año una ciudad para que sea la Capital Mundial del Libro, y en la que se celebran numerosos actos y festivales dedicados a la literatura y su promoción. Este año la ciudad elegida es Port Harcour, en Nigeria, y que a partir del día 23 iniciará sus actividades.
¿Y vosotros? ¿Tenéis alguna anécdota relacionada con el Día del Libro? ¡Contádnoslo en los comentarios!