Hoy en día, para dedicarse a la edición hay que ser un enamorado de los libros, tener muchas ganas de meterse en follones y estar un poco loco. La mayoría de editores independientes que conozco cumplen a la perfección estas características, sobre todo la última. Y es que mantenerse cuerdo en este mundo de distribuidoras, librerías, ilustradores y escritores es una misión que se me antoja imposible.
Sin embargo, gracias a ellos disfrutamos de libros que jamás veríamos en los catálogos de las grandes editoriales, pequeñas joyas que oxigenan el panorama literario y nos permiten algo que considero muy importante: la sorpresa. Ya os nombramos en nuestro anterior artículo algunas editoriales interesantes, y hoy continuamos con otras que tocan temáticas minoritarias, pero que, personalmente, nos encantan.
Satori tiene un nombre de gran simbolismo: se refiere a la iluminación dentro del budismo zen. Y así se lo han tomado en esta editorial dedicada a la literatura japonesa, con ganas de iluminarnos, de mostrarnos no sólo la literatura tradicional sino también algunos de los libros claves de las últimas décadas en Japón. A destacar sus cuidadas ediciones y traducciones.
Aristas Martínez es una editorial fronteriza entre los géneros que busca originalidad, tanto formal como de contenido. Además de libros, editan la revista literaria Presencia Humana, indispensable para estar a la última en las narraciones más extrañas y atrevidas. En su catálogo podéis encontrar autores como Javier Calvo o Matías Candeira.
Si hay algo que destacar de Tropo Editores es la coherencia de su línea editorial y la elegancia de sus ediciones. Conscientes de la importancia de la imagen, la verdad es que sus libros son una delicia para los amantes del libro objeto. En sus filas cuentan con autores en castellano como Lorenzo Luengo, Ángel Olgoso, además de recuperar imprescindibles como Roland Topor o John Cheever.
Siberia es una de las más recientes en aparecer. Todavía tienen un catálogo corto, pero me han enamorado con libros como las Cartas de amor de Dylan Thomas o Le Park, de Bruce Bégout. Junto con El desvelo, que ha publicado libros como El infierno del bibliófilo o el Manual para embaucadores, dos proyectos pequeños pero que prometen mucho.
Hay más, claro, como Funambulista, Minúscula o Periférica, con un trabajo constante y un catálogo cada vez más asentado. Y no olvidemos a las que seguro que conocéis, como Páginas de Espuma, Alpha Decay, Errata Naturae, Impedimenta, Pretextos, Ediciones del Viento, Libros del Asteroide, Salto de página… hay una verdadera pasión por los libros en este país que nunca lee.
¿Y vosotros? ¿También rebuscáis en busca de libros poco conocidos en vuestra librería de confianza? Si no lo hacéis, os lo recomiendo. Os esperamos, como siempre, en los comentarios.