Memorias de un francotirador en Stalingrado, de Vasili Záitsev, más conocido como Nievi, es un relato impresionante de uno de los momentos más crueles de la historia de la humanidad, el asedio del ejército alemán a la ciudad de Stalingrado durante la II Guerra Mundial.
Aunque Nievi ya había destacado como tirador en el ejército, a los doce años ya era un buen cazador, nadie podía esperar que durante el cerco de Stalingrado se convirtiera en el rostro de la muerte para decenas de soldados alemanes, incluyendo varios francotiradores enemigos.
En el transcurso de la contienda, a Nievi se le atribuyeron entre 149 y 250 bajas, incluyendo numerosos oficiales. Tras la guerra abandonó el ejército y se dedicó a trabajar como ingeniero y director en una fábrica de textiles. Considerado como un héroe por el gobierno soviético, sus memorias se convirtieron en una lectura obligatoria para millones de escolares.
El enfrentamiento en Stalingrado con los francotiradores alemanes fue llevado al cine en Enemigo a las puertas (2001), cuyo guión partía del libro homónimo de William Craig, quien, a su vez, se había inspirado en la figura de Nievi y el mayor alemán Heinz Thorvald, aunque este punto de la historia es todavía a día de hoy, algo confuso.
Memorias de un francotirador en Stalingrado no da una versión romántica del conflicto, muestra de una manera cruda y sincera una «batalla de ratas», donde murieron de tres a cuatro millones de personas. Sí. Millones. Sin duda un libro indispensable para comprender mejor la II Guerra Mundial, aunque es evidente el sesgo político que contienen algunas de sus páginas.