Para los despistados: el Gran Premio de Angulema no tiene nada que ver con la Fórmula 1, es el galardón que se otorga en el festival dedicado al cómic más importante de Europa que se celebra desde hace más de cuarenta años en Angulema (Francia). También convendría hablar un poco de Bill Watterson, ya que pese al premio recién otorgado, el genial dibujante estadounidense se retiró en 1995.
Bill Watterson es el creador de Calvin y Hobbes, una de las tiras cómicas más conocidas e influyentes del mundo. La visión de la vida a través de Calvin, un insoportable e hiperactivo niño con demasiada imaginación, y Hobbes, su tigre de peluche, marcó un antes y un después en el cómic del siglo XX. Y es que Calvin y Hobbes se convierte en ocasiones en un manual de instrucciones para urbanitas desarraigados en una sociedad contemporánea siniestra y solitaria. En otras, sencillamente, tiene unos chistes geniales.
De la obra de Watterson se han vendido 30 millones de ejemplares publicados prácticamente en todo el mundo. Sin embargo, pese a su éxito, decidió retirarse de la vida pública en 1995. Fiel a sus propias ideas sobre el arte y el papel de su obra, Watterson se ha negado a que aparezca cualquier tipo de merchandising sobre Calvin y Hobbes, así como a la adaptación de sus tebeos al cine o la televisión.
Sin duda, es un premio de lo más merecido, aunque cabe preguntarse la razón de esperar más de quince años desde el retiro de Watterson para darle un galardón que ya merecía mucho antes.