Autor relativamente desconocido en España, Jack Cady desarrolló una larga carrera dentro del género fantástico y de terror, siendo ganador de premios tan importantes como el Nébula, el World Fantasy Award o el Stoker. Más conocido por sus relatos que por sus novelas, el estilo de Cady siempre ha estado del lado de un fantástico que podríamos definir cercano a la tradición del realismo mágico.
Con La guardia de Jonás se inicia Insomnia, la nueva colección de Valdemar dedicada al terror contemporáneo, y lo hace recuperando esta novela de Cady que fue publicada originalmente en 1981 y que habría que englobar dentro de las historias de fantasmas marítimas, al más puro estilo de otro habitual en Valdemar, William Hope Hodgson.
Cady presenta una novela con tintes autobiográficos, ya que, al igual que los protagonistas de esta historia, él también sirvió en la Guardia Costera de los Estados Unidos realizando labores de búsqueda y rescate entre Maine y Canadá. No es de extrañar, entonces, la maestría con la que Cady describe el escenario, así como la progresiva construcción de personajes, hecha a base de pequeñas, pero demoledoras, frases.
La guardia de Jonás nos cuenta la historia de la lancha Adrián y su tripulación durante un año, periplo a través del cual tienen que recuperarse de la pérdida de su carismático jefe de máquinas y aceptar a Brace, un novato conflictivo. Cady nos muestra el código duro e inapelable de los hombres del mar, su soledad y, en cierto modo, el renacimiento que supone para muchos de ellos.
El elemento fantástico y de horror podría casi definirse de atmosférico. Se crea a través de las propias supersticiones de los marinos y apenas tiene presencia en la narración, aunque sus consecuencias definen la acción del libro. La guardia de Jonás es un gran libro sobre el mar y la épica funesta de la marinería, con un estilo siniestro y a la vez maravilloso, que ahonda más en los abismos que existen dentro del ser humano que en la existencia real de fantasmas o monstruos. En realidad bordea tanto el horror que cuesta definir este libro como un ejemplo de terror contemporáneo.
La guardia de Jonás puede que sea, entonces, un libro de unión, de nexo, entre el lector habitual de Valdemar Gótica, habituado a narraciones ominosas y llenas de tormenta, de paladar lento, y la narración contemporánea de horror, más gruesa, de atmósfera infecciosa, que todos esperamos encontrar en los próximos títulos de Insomnia.
La guardia de Jonás