Pese a los libros electrónicos, la crisis, las grandes superficies, los recortes en cultura y un país en el que se lee poco y cuando se puede, son muchos los que todavía aguantan con un libro entre los dientes al frente de sus librerías. Hoy, 29 de noviembre, es su día y creo sinceramente que se merecen nuestro reconocimiento.
Porque, ¿qué sería de nosotros hoy en día sin esa librería donde te llevaban de pequeño? A mí siempre me ha gustado perderme entre las estanterías llenas de libros, sin buscar nada en concreto, dejándome llevar por cubiertas o títulos sugerentes. Además, la figura del librero prescriptor siempre ha sido necesaria. Es él el que te va a descubrir un autor que jamás habrías imaginado que te iba a gustar, o señalar ese libro que has pasado por alto una y otra vez. Es cierto que hay libreros poco dados a hablar, como clientes que no necesitan consejo. Pero ambos comparten espacio, por unos momentos, en la librería.
Hoy en día el panorama clásico de las librerías está cambiando. Todos los motivos que he expuesto hacen que las grandes tengan problemas y que surjan pequeños negocios que combinan los libros, el café y los eventos culturales. Está claro que para comprar un best-seller cualquiera pues la librería se hace poco necesaria, pero como puntos de encuentro para aficionados a la literatura, la música o el arte es posible que pronto se vuelvan imprescindibles. No se puede competir con Amazon en precio o catálogo, se tiene que apostar por la cercanía, el trato y la especialización. No hay algoritmo que mejore un librero con experiencia o una buena tertulia.
Desde Cegal han preparado una web especial con toda la información del Día de las Librerías, incluyendo las tiendas que se han sumado con actividades especiales, como cuentacuentos, encuentros con el autor, concursos, recitales… Así que ya sabéis. Hoy es el día. Estarán abiertas hasta las 22:00 y os harán un 5% de descuento. Pasad por vuestra librería favorita y disfrutad de lo que hayan preparado para vosotros. Seguro que tenéis una presentación, una charla o una exposición. Pasead entre los libros. Hablad. Estoy seguro de que al final, al llegar a casa, os habréis llevado un libro obligados por algún tipo de impulso irresistible. A mí siempre me pasa.