Boris Akunin no es un nombre que nos resulte familiar en España, pero en Rusia, su país de origen, es uno de los autores más vendidos y lleva más de catorce novelas protagonizadas por el investigador Erast Fandorin, tan incansable e inteligente como despistado y sufridor. Tres de las obras de Akunin han sido adaptadas al cine con gran éxito y se ha producido una serie de televisión con otro de sus protagonistas favoritos, la monja-detective Pelagia.
El ángel caído es la primera de las novelas protagonizadas por Fandorin, justo cuando acaba de incorporarse a la policía de Moscú en 1876, dedicado casi en exclusiva a tareas de oficina gracias a su buena caligrafía. Su dominio de idiomas como el alemán y el inglés, así como las pocas ganas de trabajar de su superior, le llevará a investigar el extraño suicidio de un joven aristócrata delante de una hermosa joven. A través de la lógica, y de mucho esfuerzo (y cabezonería), Fandorin descubre una extensa conspiración que le hará viajar por Europa hasta la lejana Inglaterra.
Akunin es un enamorado de las novelas enigma y eso se nota en El ángel caído. Durante la época soviética las novelas de asesinatos no estaban bien vistas por el gobierno, así que lo único que se podía leer era lo que venía de fuera. Tras la caída de la URSS muchos autores se lanzaron a la novela negra, pero, como pasa casi siempre tras una dictadura, es difícil encontrar héroes entre las fuerzas del orden -vistas con gran desconfianza por el público en general-. Akunin resuelve esto viajando hasta el siglo XIX donde encuentra los valores de la vieja Rusia y todo un halo romántico que le permite usar a Fandorin como un personaje con el que identificarse sin problemas. Eso sí, sufrir sufre mucho, que para eso es ruso y su percepción de la vida no puede ser más trágica (o pragmática, según se mire).
El ángel caído es una divertida novela de aventuras que se lee con agrado y nos ofrece una visión diferente de las clásicas obras de espionaje y asesinato, normalmente escritas desde un punto de vista anglocéntrico (o por lo menos, occidental). Más que recomendable para pasar un buen rato.
Boris Akunin
El ángel caído