Aunque Stephen King asegura que escribe unas dos mil palabras diarias cuando está trabajando en un libro (una cantidad admirable), esta no es la norma, ni mucho menos. Hay escritores que se encierran en una habitación vacía, sin interrupciones ni relojes, y escriben cinco mil palabras en una sola sentada. Los hay que dedican horas a una sola página; Joyce consideraba que un día era bueno si había conseguido escribir una sola frase. Pero a nivel comercial es evidente que una producción amplia es más rentable que una que es escasa: cuantos más libros, más regalías y más posibilidades de dar con un superventas que te pague la jubilación y la universidad de tus hijos.
En este sentido, el mundo literario está lleno de autores que no solo se dedican exclusivamente a la palabra escrita, sino que además dedican horas y horas a la creación de texto tras texto, sin descanso. Una de las más reconocidas por su habilidad para producir obra tras obra fue María del Socorro Tellado López, aunque seguramente os sonará más su sobrenombre artístico: Corín Tellado. Tellado incluso está en el libro Guinness de 1994, para entonces era la escritora que más obras había vendido en español (más de 400 millones en total). Entre novelas y fotonovelas, esta prolífica asturiana produjo más de 4000 obras antes de fallecer en 2009. Su estilo personal, que debía mucho a la censura franquista (lo que la obligaba a sugerir más que mostrar, y a evitar el erotismo más patente de sus competidores extranjeros), poco descriptivo y ambientado en el presente, le otorgó un fabuloso éxito tanto en nuestro país como en todas las demás regiones hispanohablantes.
Un caso muy diferente es el de Philip M. Parker, posiblemente el escritor más prolífico de la historia. Parker vende sus obras autoeditadas a través de Amazon, el 95% de sus ventas son digitales, el resto son libros físicos producidos a demanda. Parker no es novelista, y desde luego no es un autor al uso: ha patentado un método para producir libros similares entre sí de forma automática, utilizando una plantilla que llena de información recogida de internet y de bases de datos. Según él, su programa ha escrito ya más de 200.000 libros, una cantidad realmente sorprendente. Sus obras tratan todo tipo de temas: produce desde libros de consulta médica hasta libros de citas o de economía. Asegura que está trabajando en la posibilidad de crear novelas románticas (sería curioso si el Sr. Parker llegara a ofrecer más obras que la propia Tellado). No contento con esto, ha hecho sus pinillos en el mundo de la poesía; gracias a una serie de programas llamados Eve, ha aplicado sus técnicas de escritura artificial a la producción en verso, y ha publicado más de un millón de poemas (su meta es llegar a crear un poema para cada palabra del idioma inglés). Crea sus textos poéticos siguiendo la teoría de grafos, utilizando valores matemáticos que relacionan a las palabras entre sí en una red semántica. Su poesía es didáctica y suele centrarse en explicar el significado de la palabra que da título al poema.
En la siguiente entrega de este artículo hablaremos de más escritores que han destacado por su fastuosa velocidad de producción y publicación. Mientras tanto, os preguntamos, ¿creéis que es posible que un escritor ofrezca tantísimas obras y que estas mantengan cierta calidad? ¿Creéis que la velocidad afecta al resultado de una obra? Esperamos vuestras respuestas en los comentarios.
¿Te ha gustado? No te pierdas la segunda parte del artículo: Los escritores más prolíficos II