Me gustan las novelas que desafían, que no son complacientes, que se lanzan al vacío y esperan que pueda seguir su ritmo. Así que, tengo que confesarlo, me lo he pasado genial con El ladrón cuántico, primera novela del finlandés Hannu Rajaniemi y que fue nominada al Premio Locus a Mejor Primera Novela en 2011.
Lo primero que habría que advertir sobre esta novela es que se suele enmarcar dentro del género denominado ciencia ficción hard, algo en lo que no estoy de acuerdo, ya que El ladrón cuántico es una excelente y divertida space-opera, eso sí, con un trasfondo científico de primer orden. Su capacidad de lanzar ideas y conceptos y aplicarlas de formas tan variadas hace que la novela de ese salto que Arthur C. Clarke explicaba tan bien: «Toda tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia». Y es que Rajaniemi logra una comunión perfecta entre anticipación científica y sentido de la maravilla, logrando que cualquier aficionado a la literatura fantástica pueda disfrutar de la novela, con independencia de su conocimiento de la mecánica cuántica y otras teorías similares.
Gracias a unos personajes cargados de encanto, y de épica, Rajaniemi construye una historia que recuerda por momentos al más puro Jack Vance, pero que es capaz de lanzar ideas al ritmo de Greg Egan. Tenemos al ladrón más famoso del universo, a una exótica mercenaria y a su nave sentiente, a todo un imperio dirigido por dioses que en su día fueron humanos -una referencia a El señor de la luz, de Zelazny- y una serie de complejas sociedades con sus códigos, tradiciones y secretos que, en lugar de complicar la narración, la enriquecen. ¿Cómo? Pues de la manera más sencilla, el autor no se para a explicar o justificar la acción o los escenarios. Salta a por ellos y no deja prisioneros. A diferencia de otros libros que componen la nueva ciencia ficción hard -como, por ejemplo, la aburrida Estado de transmisión-, El ladrón cuántico condensa en apenas 250 páginas el inicio de lo que podría ser una de las más interesantes historias de la ciencia ficción en los próximos años.
El ladrón cuántico es una novela divertida y fascinante, que despertará el adormecido sentido de la maravilla de muchos y que, pese al desafío que supone aceptar los nuevos conceptos que propone, resulta accesible a poco que el lector ponga algo de su parte.
Hannu Rajaniemi
El ladrón cuántico