Sí, ya sé que Thomas Pynchon no es el autor más conocido del mundo, pero aquí, en Lecturalia, damos saltos de alegría y nos emocionamos con cada libro que saca, mucho más, de verdad, que cuando nos llegan las noticias de la última novela de Dan Brown. Y es que Pynchon no tiene tanto éxito, no es tan mediático y, sinceramente, a veces se hace cuesta arriba de leer, pero nos tiene ganado el corazón gracias a novelas como El arco iris de gravedad, Mason y Dixon, Contraluz o Vicio Propio.
Bleeding Edge estará situada en uno de los lugares más tecnológicos del mundo, el Silicon Alley de Nueva York durante 2001. Silicon Alley (el callejón del silicio) es un trasunto del Silicon Valley californiano, pero mientras en la cálida California las empresas trataban con desarrollos más tangibles, en Nueva York se lanzaron como locos a desarrollar empresas basadas en Internet. El crecimiento, auge y tremenda caída de estas empresas, en las que se ganó y se perdió una auténtica salvajada de dinero, se conoce como la crisis de las puntocom, o la burbuja de Internet, una situación que se extendió por todo el mundo como la pólvora y que no sólo afectó a los neoyorquinos. Cosas de la globalización.
Pues bien, Pynchon situará su nueva novela en ese momento, a principios de 2001, cuando el castillo de naipes online comenzó a derrumbarse mientras los grandes tiburones empresariales arrasaban con todo. La situación acabó por torcerse de forma definitiva tras los atentados del 11S, tragedia en la que murieron numerosos trabajadores y directivos de empresas tecnológicas.
La pregunta que muchos seguidores de Pynchon se estarán haciendo es ¿aparecerá Yoyodyne como empresa en Bleeding Edge? La verdad es que podría… aunque puede que haya alguna confusión: Yoyodyne fue la primera empresa de marketing directo basada en Internet, fundada por Seth Godin, y que acabó en manos de Yahoo! en 1998. ¿Habrá un Yoyodyne real y otro ficticio, en las sombras de la tecnología? Sólo Pynchon puede dar respuesta, pero para eso habrá que esperar a septiembre. Yo ya he reservado mi ejemplar a través de Tristero…