A buen seguro, la reciente renuncia del papa Benedicto XVI fomentará el interés por los libros relacionados con la Curia vaticana, tanto desde la vertiente ensayística como desde la novelística e, incluso, la fantástica. Tanto si son creyentes como si no lo son (y, según he podido comprobar, especialmente si no lo son), muchos lectores sienten interés por los cónclaves y la elección de papa, así como por los entresijos de la política vaticana. A fin de cuentas, Roma se convirtió en la horma del zapato del mismísimo Michael Corleone, ¿no?
El título clásico por antonomasia de la literatura «papal» es Las sandalias del pescador, de Morris West, que forma parte de la llamada trilogía vaticana. Muy bien documentada, nos narra los entresijos de la elección de un papa ucraniano cuando todavía era impensable que se pudiera elegir un sumo pontífice procedente de un país de la Europa del Este (hablamos de los años sesenta). Aunque la película es más conocida, el libro merece la pena, y no ha quedado tan anticuado como pudiera parecer, dado que muchos dieron por agotado su interés cuando la elección de Juan Pablo II hizo que su premisa pareciera superada.
En el polo opuesto tenemos el dramón sentimental que es El pájaro espino, de Colleen McCullough, más famoso también por su plasmación audiovisual (recuerden: un Richard Chamberlain tan purpurado como dado a los placeres de la carne) que por la literaria. Para esto, mejor nos vamos directamente a títulos de género fantástico, como Project Pope, de Clifford D. Simak, una simpática novela (creo que inédita en español) en clave de space opera que nos presenta un hipotético papa robótico, o a Recuerdos del futuro, de Robert J. Sawyer, que, pese a estar escrita en 1999, nos presenta a un papa llamado… Benedicto XVI, justo en nuestros días.
Con todo, la cima de la ficción científica «con papas» (que no de la religiosa: lean, lean Cántico a san Leibowitz, de Walter M. Miller, jr., o Un caso de conciencia, de James Blish) es Roma sin papa, la novela póstuma de Guido Morselli, que nos presenta una Curia desorientada sin pontífice ni orden. Es una curiosa muestra de lo que era la Italia de los años setenta.
Pero si lo que quieren ustedes es acción y piños, háganme caso: pasen de thrillers como Ángeles y demonios, de Dan Brown, o (de refilón) La piel del tambor, de Arturo Pérez-Reverte, y denle una oportunidad a El espía de Dios, de Juan Gómez Jurado, en la que se narra una serie de asesinatos rituales nada menos que a dos cardenales papables. Puede ser una buena lectura para ponerse en ambiente.
Aunque Las sandalias del pescador o El espía de Dios ofrecen sendos retratos muy bien documentados de lo que son los cónclaves papales, nada mejor que acudir a los ensayos de Eric Frattini para saber lo que nos espera el mes que viene, y qué criterios se seguirán para designar al sucesor de Pedro. Los cuervos del Vaticano nos muestra el quién es quién de la Curia, y es harto probable que el nuevo papa sea alguno de los cardenales que más veces aparecen mencionados en esta obra. Algo más antiguo (2009), y por lo tanto menos vigente, es Y después de Ratzinger, ¿qué?, de José Catalán Deus, que nos muestra los entresijos del Vaticano, así como las luchas de poder e intereses que, a la postre, han conducido a la dimisión de Benedicto XVI.