Esta evolución de la que hablamos en la primera parte del artículo, esta necesidad de apoyar los documentos de autoayuda con información que tenga mayor valor científico y mayor credibilidad, se debe en gran medida a la existencia de libros como la revolucionaria obra de Daniel Goleman, Inteligencia emocional. Goleman tuvo muchísimo éxito al acercarle el mundo de la psicología y la sociología al lector medio; aunque se expresaba en términos que eran más o menos sencillos de comprender, ofrecía toda una suerte de teorías y estudios acerca de la importancia de la inteligencia emocional en el ámbito familiar, en el laboral y en el social. Goleman nos hablaba de cómo la inteligencia académica y clásica no es determinante en estos ámbitos, e insistía en la importancia del desarrollo de las habilidades sociales, directamente vinculadas a la empatía. Aseguraba que esta inteligencia emocional giraba en torno a determinadas capacidades como conocer y comprender la propia motivación, emociones y sentimientos para poder reconocer la motivación y sentimientos de los demás y poder gestionar de manera productiva y positiva las relaciones. Por fin el público había dado con un libro de autoayuda inteligente, con una obra que iba mucho más allá del simbolismo facilón y de la palabrería efectista. Un científico aportaba datos prácticos, y nos enseñaba a aplicar dichos datos a nuestra vida diaria. Por fin teníamos una autoayuda de la que no nos avergonzábamos, que no prometía nada pero que nos ofrecía un contenido interesante e inspirador.
La evolución en este género ha sido bastante más lenta en España, donde la revolución del lifehacking, de la psicología aplicada a la cotidianidad y de los superhombres que deciden abandonar su trabajo cansino y aburrido para ponerse en forma, viajar por todo el mundo y aprender ocho idiomas todavía está en ciernes. Pero Estados Unidos marca la tendencia, como siempre, y no dudo de que poco a poco la tendremos cada vez más presente en nuestras estanterías. Cada vez nos suenan más estos nuevos títulos, del mismo modo que poco a poco comienzan a compartirse en Internet las mejores charlas de TED, un proyecto de aprendizaje y motivación que está muy relacionado con este deseo de mejora, de optimizar al individuo y, por extensión, a la sociedad. No obstante, en nuestro país, donde el paro alcanza cifras notables, es difícil que nos convenzan teorías de máxima productividad; en un país donde no llegamos a fin de mes es complicado invertir en una alimentación mejor, en un entrenador personal y en viajes por todo el globo terráqueo. Esto probablemente influirá en que las obras de superación personal más extremas no terminen de cuajar por estos lares con la fuerza con la que lo han hecho en las librerías estadounidenses. Pero soñar es gratis, y muchos de estos libros contienen muchísimo conocimiento con aplicaciones prácticas y útiles, y la calidad de muchos de ellos, que cuentan con el apoyo de una documentación seria, de autores profesionales y experimentados que en muchas ocasiones provienen directamente de campos científicos, hace que superen, de lejos, a sus predecesores charlatanes. No solo eso, sino que muchos de estos escritores son, además, autores de talento, y merece la pena leerlos simplemente por su calidad de narradores prácticos.
Por supuesto, hablamos de los mejores, de las gemas, de lo bien hecho. Seguramente nos encontraremos también con toda una oleada de imitadores, de aprovechados que se apuntan al carro de cada moda y tendencia. Pero tal vez, si sabemos buscar, encontremos una nueva entrega de libros que deje atrás al texto de autoayuda clásico y nos ofrezca, ahora sí, información útil, detallada y sobre todo apoyada en datos más o menos fiables.
Daniel Goleman
Inteligencia Emocional