William Gibson es un autor conocido por sus novelas de ciencia ficción que han sido de gran influencia en la creación del término cyberpunk, gracias a títulos como Neuromante, Idoru, Conde Cero o Mona Lisa acelerada. Si bien esta era la visión de los seguidores de género, hace ya unos años que Gibson dio un giro a su manera de escribir y, aunque sin dejar de lado su estilo, ha aparecido en las listas más genéricas de superventas.
Gibson, tras terminar la Trilogía del Sprawl, se planteó explorar las posibilidades ficticias de nuestro presente o, para ser más exactos, nuestro más inmediato pasado. La ficción de Gibson en novelas como Mundo Espejo, País de espías o Historia Cero trata de explorar conceptos actuales, explorando sus posibilidades y llevándolos al límite, creando una especie de presente alternativo, casi indistinguible del real. En ese presente podemos encontrar ideas sobre los límites de la tecnología actual y las tendencias sociales todavía underground relacionadas con moda, marketing y arte.
En Historia Cero Gibson recupera algunos de los personajes de Mundo Espejo y País de espías para, de nuevo, enseñarnos el poder las tendencias sociales en estado embrionario y cómo averiguar ciertos elementos, todavía poco conocidos, dentro de la sociedad puede suponer la diferencia entre ser rico y absurdamente rico. Aderécese todo lo anterior con una trama corportativa, persecuciones, grandes diálogos y tendremos algo que muchos podrían definir como un clásico tecnothriller, pero que Gibson transforma en algo diferente y mucho más sugestivo, siempre con un punto más de reflexión.
Aunque Historia Cero se puede leer de manera independiente yo recomendaría a cualquiera a quien este planteamiento le resulte atractivo que comenzara por Mundo Espejo y siguiera hacia delante. En ningún momento parece que falte información, pero se disfruta mejor si vienes con los deberes hechos. Finalmente, destacar el buen trabajo de Rafa Marín en la traducción.
William Gibson
Historia Cero