En esta segunda entrega de entrevistas con profesionales relacionados con el sector del libro, hemos querido ofreceros la perspectiva del corrector, esa persona por cuyas manos pasa un texto para ser pulido y perfeccionado para ofrecerse al lector de la mejor manera posible.
-Algo que seguramente se habrán preguntado algunos lectores es qué es exactamente un corrector de estilo, qué es un corrector ortotipográfico y si hay alguna diferencia entre ambos.
La corrección es una de las fases del proceso de edición de cualquier texto. Por muy buenos que sean el autor y la editorial, siempre habrá algún aspecto susceptible de mejorar, para que la edición sea perfecta, o casi. (¡Siempre hay imponderables!)
El lenguaje es un código que se ha creado para facilitar la comunicación entre personas. Cuanto más uniforme sea este código, menos errores de interpretación tendremos, y más fácil le resultará al autor transmitir el mensaje que pretende transmitir con su texto.
Por simplificar mucho, existen dos tipos principales de corrección, aunque no son los únicos. La de estilo se encarga de hacer que el texto sea legible, no exista ningún aspecto oscuro desde el punto de vista gramatical o de significado, y se adapte a las normas específicas de cada editorial. La ortotipográfica repara todos los errores ortográficos y de tecleo, lo que de manera coloquial (incluso en algunas editoriales) se llama «poner bien las comas».
-¿Cuál dirías que es la mayor dificultad que sueles encontrarte al realizar una corrección?
Los plazos de entrega. Corregir consiste en leer un texto varias veces, volviendo atrás una y otra vez para unificar aspectos en los que no habías reparado al principio, o para rectificar criterios cuando cambian de una página para otra, y esto requiere tiempo y atención.
También es difícil determinar el nivel de intervención necesario. En ocasiones corregirías más a fondo de lo que te piden, pero no puedes hacerlo, porque te han solicitado que seas respetuoso con el estilo del autor, que es quien tiene la última palabra, y te arriesgas a que te rechace todos los cambios.
-¿Cuáles son los errores más comunes que te encuentras en textos de tipo literario? ¿Cuál es esa metedura de pata de la que parece que no se libra ningún escritor?
Soy admirador incondicional de los textos escritos en español pero repletos de falsos amigos, pasivas y mayúsculas provenientes del inglés. ¡Es como si el autor quisiera demostrar que solo lee en versión original! Otro asunto que me epata son los catalanismos y castellanismos de algunos textos editados, respectivamente, en Barcelona y en Madrid. No es infrecuente que se cuelen nuevos de trinca o la dije. Por no hablar de lo mucho que cogemos en textos que se van a distribuir en Latinoamérica. Me parece bien que los autores escriban así, dado que son sus variedades lingüísticas y luego se corregirán, pero no es de recibo que estos detalles aparezcan sin enmendar en un texto ya editado.
(Continuará en la segunda parte de la entrevista).