¿Harto de que el lector medio se guíe por la lista de superventas y haga caso omiso a libros menos conocidos pero de mejor calidad? ¿Cansado de que los centros comerciales y las grandes librerías sólo ofrezcan obras mediocres, producidas en masa? No te preocupes, siempre puedes hacer lo mismo que Katsuyoshi Shimizu, un antiguo vendedor que decidió montar una librería para ofrecer sólo los libros que él recomendaría personalmente a sus clientes.
Y recomendar es, precisamente, lo que hace Shimizu. Dokusho no susume (“recomendación lectora”) es una pequeña librería de Tokio en la que cada cliente recibe un trato completamente personalizado. Su dueño conversa con cada visitante, analiza su estado de ánimo y necesidades y escoge un libro especialmente para éste. Shimizu asegura que ha leído todos los libros que tiene en la tienda, y que en la actualidad se está concentrando en libros que puedan ayudar a sus clientes a comprender y a sobrellevar el desastre del terremoto del 11 de marzo de 2011 y la tensión generalizada para con el gobierno que ha surgido desde entonces. Su tienda está llena de mensajes escritos a mano que pretenden animar o hacer reflexionar a los visitantes, y aunque al principio algunos lectores se sienten irritados o intimidados por el ahínco de Shimizu, la mayoría acuden ya con preaviso, buscando el consejo de un hombre que ha llevado hasta límites insospechados la experiencia de comprar un libro. Cualquier librero que ame su trabajo encontrará placer en poder ayudar a sus clientes a comprar libros que pueden gustarle, pero pocos se dedicarán, como éste, a venderles libros que además puedan aportarles mucho a nivel personal.
Tampoco es tan sorprendente encontrarse con una librería tan especial en Tokio, una capital en la que algunos son capaces de viajar más de una hora en tren sólo para gastarse el sueldo en un neko cafe, una cafetería con gatos. Aunque se trata de cafeterías a las que acuden los visitantes para ver y, con suerte, jugar con los gatos residentes (hay que tener en cuenta que en Tokio, debido a las limitaciones de espacio y a reglas con frecuencia muy estrictas de alojamiento, es complicado tener mascota en casa), podríamos hablar casi de cafeterías-bibliotecas, ya que suele haber disponible una gran cantidad de libros y manga (además de videojuegos, máquinas expendedoras y cómodos sofás donde echar la siesta). Un auténtico paraíso para aquellos que son, a la vez, amantes del libro y de los animales. Cierto que no llegará ningún empleado tipo Shimizu para recomendarte la mejor lectura para tu estado de ánimo actual, pero pocas cosas hay que no puedan mejorar con un par de ronroneos. Parece ser que de esto se han dado cuenta también en Estados Unidos, donde cada vez es más común encontrarse un amigo felino en librerías pequeñas de barrio. Algunos de estos residentes tienen hasta nombres literarios, como Asimov, el pequeño protagonista de la librería Seek Books, de Massachussetts, que se especializa en ciencia ficción y fantasía. En el siguiente enlace podréis encontrar toda una lista de los mejores gatos libreros de los Estados Unidos. Algunos, como todo buen librero contemporáneo, hasta tienen cuenta de Twitter y Facebook.