Aunque aquí en España su seguimiento sea más limitado, el proyecto NaNoWriMo, aquel por el que miles de personas se ponen a escribir como locos durante el mes de noviembre, tiene una popularidad tremenda en el mundo anglosajón. Tanto, que algunas páginas web se han dedicado a ofrecer consejos o guías para ayudar a los autores, como es el caso de Galleycat, que ofrece un consejo diario a lo largo del mes (y en este enlace podréis encontrar, además, los treinta consejos del año pasado). Muchos de estos consejos enlazan a otras páginas web que ofrecen todo tipo de recursos para el proyecto, desde encuentros sociales para realizar carreras mecanográficas, foros enciclopédicos muy útiles para documentarse, grupos de chat donde los propios participantes se animan (o empujan) a seguir escribiendo, o incluso una hermandad de World of Warcraft compuesta exclusivamente de participantes de NaNoWriMo. En cuanto a participantes hispanohablantes, Yolanda González Mesa ofrece 10 interesantes consejos en su blog Tinta al sol, de los cuales podríamos destacar el preparar la labor de documentación el mes anterior, o la necesidad de recompensarte, una vez alcances tu objetivo final (los de Galleycat van más allá, insistiendo en una recompensa cada vez que cubras determinado número de palabras). Algunos de los consejos más “tramposos” y divertidos aparecen en el blog Vel Anima, que nos insta a luchar contra el bloqueo introduciendo zombies, piratas, ninjas y vampiros, o matando personajes (sobre todo que ahora George R. R. Martin parece haberlo puesto de moda), y que aconseja inflar el número de palabras utilizado a base de nombres de personajes o lugares inusualmente largos o descripciones meticulosas de escenas y paisajes.
Uno de los consejos más llamativos, y que suele aparecer, una y otra vez, es el de no corregir o editar. Nos encontramos, una vez más, con el gran defecto del NaNoWriMo, la falta de calidad que suele acompañar a la escritura rápida. Una novela de 50000 palabras, de escribirse en la tacada de treinta días, necesitaría una revisión y edición laboriosa. Aunque es cierto que los profesionales aconsejan escribir del tirón y dejar la edición para luego, una gran mayoría de estas novelas se presentan al concurso NaNoWriMo sin ningún tipo de repaso o corrección, no por falta de ganas, sino simplemente por falta de tiempo. A pesar de su valía como ejercicio de disciplina y para crear hábito, uno no puede dejar de preguntarse, un año más, si escribir sin orden ni concierto servirá, en realidad, para producir una buena obra literaria. Ante esto, tiene una inspiradora respuesta la escritora Elif Batuman, que ganó el premio Whiting en la categoría de no ficción en 2010; Batuman asegura que el tiempo que se emplea en escribir nunca es desperdiciado y que todos tenemos cierta cantidad de escritura mediocre que tenemos que sacarnos de dentro para poder empezar a producir textos en condiciones. Sea como sea, NaNoWriMo fomenta la cantidad sobre la calidad, en un esfuerzo por abandonar una autocrítica demasiado restrictiva y avanzar en el abrasivo camino de la escritura diaria. Su consejo más importante es el siguiente: Escribe. Escribe. Escribe.