La pista de arena, de Andrea Camilleri

El comisario Montalbano es uno de los personajes más famosos de la novela negra europea de los últimos años. Andrea Camilleri ha logrado trazar la trayectoria vital de un hombre desde una plenitud física y mental hasta los primeros años de su ocaso.

En el caso de La pista de arena, Montalbano descubre frente a su casa, medio enterrado en la playa, el cuerpo de un caballo, golpeado de mala manera hasta la muerte. Este hecho, que de algún modo violenta sobremanera al comisario, lanza una historia en la que se verá envuelto, por primera vez, en unos ambientes que no le son nada agradables, es decir, los de la alta sociedad, las fiestas con millonarios y, de paso, algún contacto con la mafia.

Camilleri concede gran importancia a los sueños de Montalbano en este libro, juega con ellos para indicarnos por dónde van los pensamientos de su personaje incluso antes de que este los conozca. También, al mismo tiempo, nos enseña lo cerca que está de su propia mortalidad, a la que no se acostumbra, sin dejarnos ver que, pese a todo, el comisario todavía está en edad de merecer y puede deslumbrar a una mujer por la que suspiran desde millonarios a modelos.

La pista de arena presenta quizá un poco más de acción que las últimas obras de Camilleri y deja que los secundarios vayan cogiendo un poco de peso, algo que se nota en las siguientes novelas, como en El campo del alfarero, aunque deja muy al margen a Livia, de nuevo como una figura telefónica y lejana, más dedicada a la discusión que a otra cosa. ¿Cuánto tiempo va a tomarse Camilleri antes de resolver esa relación, a todas luces moribunda?

De nuevo, Camilleri usa dos tramas simultáneas para guiar la narración, en esta ocasión muy bien equilibradas y que hacen que el ya de por sí corto libro se lea en prácticamente nada. En resumen, un libro interesante con un Montalbano que se resiste al crepúsculo y que quizá sea algo duro para aquellos que se acercan por primera vez a la obra del autor italiano.