Si en 2012 sobrevivimos al temido apocalipsis, o cambio de era, o sea lo que sea lo profetizado por el calendario maya, nos esperan grandes celebraciones. Una de las más significativas, y que los británicos esperan con ansia, es el bicentenario del nacimiento de Charles Dickens, uno de los grandes de la literatura anglosajona (y de la literatura universal). Aunque fue muy prolífico, la mayoría conocerá el nombre por obras como Oliver Twist o David Copperfield, gracias a sus frecuentes adaptaciones al cine y a la televisión (adaptaciones a las que se sumarán nuevos proyectos que tiene en marcha la BBC inglesa, concretamente de Grandes esperanzas y de El misterio de Edwin Drood). La página web Dickens 2012 ofrece una interesante recopilación de todos los actos y eventos que acompañarán al aniversario, no sólo en el Reino Unido sino por todo el globo.
A pesar de que hablamos de un escritor de la era victoriana, Dickens mantiene una popularidad envidiable a día de hoy. Esto puede explicarse en parte por el carácter moderno de sus escritos; el propio ritmo, que se debía a la publicación de sus novelas de manera seriada, hace uso de frecuentes cliffhangers, propios de series de televisión actuales, y sus personajes son tan completos, tan redondos que, a pesar de la diferencia entre el londinense medio de hace más de cien años y el contemporáneo, aún reconocemos rasgos dignos de empatía lectora. Por otro lado, su mordaz sentido de la crítica y su ejercicio como testigo ante la injusticia de la diferencia de clases y el lamentable estado, en concreto, de la clase obrera, se mantienen vigentes en una sociedad que en algunos aspectos apenas ha cambiado. Además, el escritor conserva ese aura de interés que rodea a todos los que han sufrido (o gozado) de una vida tumultuosa y apasionada, e incluso se fue a la tumba con un importante misterio literario, el de la resolución de su novela policíaca El misterio de Edwin Drood, que se estaba publicando de manera periódica cuando él falleció, y de la que no se han encontrado notas ni información que ayuden a desvelar el final de una trama que el propio Dickens había definido como novedosa y sorprendente. Se han elaborado numerosas hipótesis acerca de la respuesta definitiva al enigma que presenta la última novela del escritor, pero la conclusión inevitable es que su solución murió con éste. En cuanto a su próxima adaptación televisiva, la escritora Gwyneth Hughes se ha ocupado de buscarle un digno y plausible final a una nueva serie que llegará de la mano de BBC Four; pero Grandes esperanzas es aquella por la que los lectores muestran mayor interés, debido a que su nueva adaptación cinematográfica se estrenará en BBC One el día del aniversario del nacimiento del escritor. Tras las que son posiblemente las adaptaciones más populares, la de 1946 de David Lean con Jean Simmons y Alec Guinness y la de 1998 de Alfonso Cuarón con Ethan Hawke y Gwyneth Paltrow, será interesante ver una nueva interpretación de la inmortal historia de Pip, el niño cuya vida se complica terriblemente tras ayudar a un fugado de la justicia.
Charles Dickens