Más allá de su incesante y prolífica producción literaria, que le valió apelativos como el de fénix de los ingenios o el tal vez menos cariñoso de monstruo de la naturaleza (dado por Miguel de Cervantes, con el que tuvo una relación con muchos altibajos), la importancia cualitativa de Lope de Vega suele pasar a un segundo plano. Pero no hay que olvidar que estamos hablando del autor que revolucionó la dramaturgia, creando una Comedia Nueva (que teorizó en su libro Arte nuevo de hacer comedias en este tiempo, de 1609) de la que fue máximo exponente junto a otros dramaturgos como Calderón de la Barca, y que rompía con las reglas comúnmente aceptadas desde la Antigüedad tales como el no mezclar Comedia con Tragedia, o las unidades de acción, de lugar y de tiempo.
Han sido muchos sus biógrafos, siendo el primero de ellos (que cifró en 1800 sus obras teatrales) Juan Pérez de Montalbán, muy cercano a él. Posteriormente también escribieron sobre su vida y obra Cayetano Alberto de la Barrera, Américo Castro, Hugo Renner, Karl Vossler, Luis Astrana Marín o Ramón Gómez de la Serna. Ahora ve la luz una amplísima nueva biografía titulada inequívocamente Biografía de Lope de Vega. 1562-1635, con más de 800 páginas y a un precio de 45 euros, que pretende ser exhaustiva. En palabras de su autor, José Florencio Martínez:
Lope de Vega es un clásico incuestionable, aunque mal conocido, y al ser un autor popular, los expertos han tendido al superlativo y a quedarse con los tópicos.
Los tópicos son muchos: el más prolífico creador literario de nuestra historia, amigo de Quevedo y enemistado con Góngora, enamoradizo y mujeriego. Martínez, que ha tardado una década en terminar esta obra, habla de todo esto, matizándolo, y cubre un hueco que él considera importante: aunque Lope de Vega tiene consideración de clásico, y sus obras siguen representándose con asiduidad cuatrocientos años después, sus numerosas biografías (muchas de ellas, como hemos dicho, llenas de tópicos) no se reeditan. Martínez cita la de Américo Castro de 1919 como uno de los últimos trabajos realmente interesantes que se hicieron sobre el dramaturgo. También apareció mucho material a raíz de la celebración en 1935 del tercer centenario de su muerte, pero el nuevo interés que surgió en esa fecha gracias a la efeméride se vio truncado, como tantas otras cosas, por la Guerra Civil española que empezó al año siguiente.
Una de las cosas que el libro ayudará a redescubrir es el valor literario de Lope más allá del mundo del teatro. Se le suele asociar principalmente a sus piezas teatrales, olvidando que también cultivó la prosa (con varias novelas a sus espaldas) y, sobre todo, la poesía. Esta nueva biografía también pretende ser una antología de su obra poética, inadvertida para muchos lectores posteriores por una fácil cuestión: si en teatro su predominio es incontestable, más allá de que hubiera otros autores importantes en su tiempo, en poesía tuvo que vérselas con Villamediana, Quevedo, y con el que realmente fue el puntal, Góngora, incomprendido en su tiempo aunque su obra ya haya sido rescatada posteriormente y considerada en su justa medida.
Biografía de Lope de Vega. 1562-1635