Los ebooks rompen récords de venta en EEUU, y existe un puñado de afortunados autores que puede presumir ya de haber vendido más de un millón de libros electrónicos. Entre ellos están Stieg Larsson, con su archiconocida saga de títulos largos; James Patterson, escritor estadounidense que produce libros a ritmo acelerado, con la ayuda de un equipo profesional de co-autores; Nora Roberts, una de las escritoras que más vende en el género de la literatura romántica (y que además escribe ciencia ficción policíaca bajo el pseudónimo de J. D. Robb, con una pluma que, al igual que Patterson, debe de echar chispas por la velocidad con la que escribe); Lee Child, quien no será tan productivo como Roberts pero que es uno de los más populares en el campo del suspense, con su ex-policía militar Jack Reacher. También están en el prestigioso club Suzanne Collins, autora de la trilogía juvenil Los juegos del hambre, que fue incluida en la lista de la revista Times de las 100 personas más influyentes de 2010 y cuyos libros han estado en la lista de superventas del New York Times durante más de 60 semanas; Michael Connelly, otro escritor de suspense policíaco, que ha arrasado con su serie de novelas protagonizadas por el carismático detective Hieronymus “Harry” Bosch, traducidas a más de treinta idiomas; y por último encontramos al célebre John Locke, quien fue el primero de este curioso club en sobrepasar la cifra de un millón de ventas de ebooks, a través de la plataforma Kindle de Amazon. Como ya comentamos en otro artículo al respecto de este autor en Lecturalia, Amazon estima que se vende un libro de Locke, dedicado también al género policíaco, cada siete segundos. Recientemente se han apuntado también Janet Evanovich, autora de la revolucionaria saga de aventura romántica de Stephanie Plum; y Kathryn Stockett, que sigue ganando premios a velocidad de vértigo con su muy popular The Help (Criadas y señoras).
No es mucha casualidad, viendo estos nombres, que algunos aparezcan en otra lista muy celebrada: la lista de Forbes de escritores mejor pagados. Patterson es el número uno, con muy jugosos acuerdos económicos con su editor (aunque es posible que parte de ese dinero tenga que repartirlo entre sus colaboradores), pero los siguientes en la lista son grandes de la publicación impresa: Danielle Steel, que supera económicamente a su rival de la literatura romántica antes mencionada, Nora Roberts; Stephen King, que además tiene el valor añadido de interminables royalties por adaptaciones al cine y a la televisión, al igual que Stephanie Meyer, de fama “crepuscular”, cuyas versiones cinematográficas han supuesto unos ingresos más que interesantes; también figura Rick Riordan, autor de Percy Jones y los dioses del Olimpo, una serie de libros de inspiración mitológica que recuerda al incombustible Harry Potter; y otros pesos pesados como Dean Koontz o Ken Follett. Rowling, sin embargo, se conforma con un puesto más modesto, ya que sus ingresos actuales, gracias al lanzamiento de la nueva web Pottermore, se estiman en unos míseros cinco millones de dólares.