Edgar Allan Poe y el misterio de la bella cigarrera es una curiosa propuesta que nos hace Daniel Stashower en la que mezcla la investigación de un crimen y la biografía de Poe con el mar de fondo del nacimiento de la prensa amarilla en Nueva York. La muerte de Mary Rogers se cruza con la vida de Poe y sus desesperados intentos de sobrevivir económicamente; Poe ve en este caso la posibilidad de reeditar el éxito conseguido con Los asesinatos de la calle Morgue y “encarga” a su personaje Dupin el trabajo de resolver un homicidio que llevaba de cabeza a los responsables del orden público neoyorquino. Para ello Poe traslada la acción a París y la protagonista pasa a llamarse Marie Rogêt.
Mary Rogers era conocida en la ciudad por su belleza que había podido ser admirada mientras estuvo trabajando como vendedora de cigarros en un establecimiento de Nueva York. Los almacenes de cigarros eran lugar de encuentro y se disputaban los mejores clientes. Mary era un reclamo para estos, consiguiendo que el almacén de Anderson se pusiera de moda. Retratos de Mary Rogers llegaron a aparecer en los periódicos mientras la cigarrera merecía versos de algunos de los clientes literatos.
Mary tenía gran número de admiradores y, aunque ya había abandonado el trabajo cara al público al montar su madre una pensión, su belleza continuaba siendo recordada. Es comprensible, pues, que el hallazgo de su cuerpo flotando en el Hudson provocara una gran conmoción e iniciara la caza del “crimen del siglo” con gran protagonismo de la prensa que utilizó este hecho para aumentar su tirada, atacar a sus antagonistas políticos o insistir en reyertas personales.
Stashower va entremezclando en la narración capítulos sobre la vida de Mary Rogers, el crimen, el comportamiento de la prensa y las fuerzas del orden, con aspectos de la vida de Poe y sus intentos por situarse en la esfera literaria y periodística del país, intentos muchas veces frustrados por su propio errático comportamiento. Además de Mary y Poe, Nueva York es también protagonista. La ciudad todavía estaba forjando su carácter: la inmigración, fundamentalmente europea, con sus bandas y sus guetos, su estructura política, escasa, corrupta y desfasada, sus oportunidades de negocios, lícitos o no, compensados por sus crisis económicas… eran algunos rasgos reconocibles. El asesinato de Mary Rogers supuso un mazazo moral para muchos ciudadanos de esta ciudad que vieron entonces el monstruo que estaba creciendo bajo sus pies e intentaron, con llamamientos a la moral y al orden, pero tímidas acciones, cambiar la situación.
Stashower consigue una historia entretenida mezclando la biografía con la novela. Sus mejores momentos son, probablemente, los dedicados a la prensa, en los que, además de las disputas más o menos personales, se reflejan claramente los rasgos de lo que será la prensa sensacionalista y donde la verdad es sacrificada sin demasiados escrúpulos para conseguir un titular impactante. Pero no dejaba de ser hija de una época y de una sociedad, ávida por consumir escándalos ajenos.
La edición de la editorial Alba incluye un apéndice con El misterio de Marie Rogêt de Poe.
Edgar Allan Poe y el misterio de la bella cigarrera