Narración de intriga con altas dosis de terror situada en la ciudad de Valencia y que bordea la literatura fantástica, en la que David Mateo vuelca muchas de sus inquietudes sobre el género en uno de sus libros más completos.
Noches de Sal es la octava novela de David Mateo, que ya ha recorrido un largo camino en el mundo literario desde sus primeras novelas dedicadas a la fantasía épica y que parece encontrarse más a gusto actualmente en el terreno del terror, tratando de encontrar en este libro un equilibrio entre una trama cercana al thriller pero con grandes concesiones al terror sobrenatural, aunque presentes siempre con cuentagotas y siempre dentro de un entorno realista.
En Noches de Sal nos encontramos una historia a varios niveles, en los que Mateo juega con los personajes con mayor o menor fortuna. La historia base, de Abel y Aurora, es la que hila un camino lleno de tantos giros como calles se nombran, para luego ir cerrando los hilos con Patricia, una vez se ha desatado el horror. La novela funciona a dos niveles temporales, dando información a medida que la historia lo necesita.
Pero, ¿de qué va exactamente Noches de Sal? Un asesino lleva ya cinco víctimas crucificadas y mutiladas de manera horrible. Patricia descubre que uno de sus antiguos amigos de la facultad de medicina es la sexta muerte… y que el pasado de Abel, Aurora y el suyo propio vuelve de una manera siniestra para atormentarla. El asesino en serie, al que la policía llama Pilatos, es una presencia oscura, relacionada con el pasado de Aurora y frente a la cual poco o nada se puede hacer. Deja mensajes escritos con sangre en los que nombra a los Nocturnos, una academia de literatos que se reunían en Valencia con el apoyo de autores como Guillén de Castro… algo también relacionado con el pasado de los protagonistas.
Noches de Sal funciona bien como novela de intriga, mantiene la tensión de manera correcta y el ritmo de la acción se acelera cuando es necesario. El libro divierte y entretiene, logrando una buena ambientación y convirtiendo a la ciudad de Valencia, poco usada en estas lides, en un protagonista más de la narración.
En el debe, Mateo introduce algunos personajes como el inspector de policía que rompe con el esquema más realista del resto de sus protagonistas, caricaturizándolo como un personaje más cercano al pulp, buscando un secundario cómico que funcionaría bien en una película pero que en el libro parece sacado de contexto. Además, Mateo siente la necesidad de contarlo todo, algo que se debe, sin duda, a la enorme documentación que ha manejado y que en ocasiones le lleva a extenderse demasiado.
En resumen, una buena novela de intriga y terror que mantiene el tipo a lo largo de sus más de quinientas páginas y que basa su interés en la originalidad de sus planteamientos, el estudiado trasfondo y la excelente ambientación.
David Mateo Escudero
Noches de sal