Dotado con cien mil dólares americanos, es posible que el premio de poesía Ruth Lilly sea uno de los más importantes, si no el que más, premio poético del mundo. Su origen también es notable, una septuagenaria millonaria, la Sra. Lilly, donó la nada despreciable cantidad de cien millones de dólares a una pequeña fundación sin ánimo de lucro, la Poetry Foundation, conocida sobre todo por ser la responsable de publicar la revista Poetry, una publicación que desde el año 1912 lleva luchando por acercar la poesía al público estadounidense. La gracia del asunto es que la generosa benefactora había sido rechazada por los editores de esta revista para publicar sus propios poemas muchos años antes, algo por lo que, parece ser, no les guarda mucho rencor. No era la primera donación de este tipo por parte de esta notable mujer, heredera de la prestigiosa compañía farmacéutica Eli Lilly and Company, fundada por su bisabuelo, el Coronel Eli Lilly. En 1985 creó la cátedra Ruth Lilly de poesía para la Universidad de Indiana, y en 1989 creó varias becas de poesía valoradas en 15000 dólares cada una (donadas a estudiantes preuniversitarios a través de un concurso nacional). Su monumental presente a la Fundación llegó en 2002, posibilitando que ésta continuara su labor tanto con su revista (en un tiempo en que este tipo de publicación está en franco declive) como con su espectacular dotación en un premio que ha adquirido un prestigio, además, innegable.
El certamen se lleva celebrando desde 1986, y este año le ha tocado a David Ferry, traductor y poeta original de Nueva Jersey. Ferry nació en 1924, así que el premio le ha llegado con 87 años. Pero Ferry no es un octogenario cualquiera, sigue trabajando como profesor emérito de Wellesley College y como docente activo en las Universidades de Boston y de Suffolk. En la actualidad está realizando una nueva traducción de la Eneida de Virgilio, y el año que viene saldrá a la venta su próximo poemario, Bewilderment. Aunque es más conocido como traductor, Ferry lleva publicando poesía durante más de cincuenta años. Éste no es, ni mucho menos, su primer galardón literario, ya que además de ser miembro de la American Academy of Arts and Sciences (Academia americana de las artes y las ciencias), tiene en su haber el Premio Teasdale, la Beca John Simon de la Fundación Guggenheim, el Premio Nacional Rebekah Johnson Bobbitt y el Premio Ingram Merril, entre otros, aparte de los que ha recibido como traductor (como el William Arrowsmith, administrado por la revista AGNI).
Aquí podréis ver al poeta recitando algunas de sus obras. La poesía de Ferry suele definirse como aparentemente tranquila y suave, con un efecto subterráneo, casi sísmico. Lamentablemente no he podido encontrar ediciones impresas de su poesía traducida al español (si alguien ha encontrado alguna ruego lo indique en los comentarios), y posiblemente no lleguemos a verlas. La poesía sigue siendo, qué remedio, un producto de consumo minoritario.