Hace poco, la multidisciplinar web About.com (que ofrece desde recetas de cocina a guías para hacer la declaración de la renta) publicó un interesante artículo listando las diez obras sobre España que todo no español debería leer (aunque el artículo está enfocado, obviamente, a anglosajones). Algunas de estas obras nos son muy familiares, otras son superventas en otros países sin que nosotros apenas las conozcamos.
La lista comienza, por supuesto, con la obra española más universal, El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes. Eligen a Cervantes junto a otros españoles muy conocidos como Lorca (de quien recomiendan su poesía, y leerlo en una edición bilingüe) y, por supuesto, a Washington Irving con sus Cuentos de la Alhambra. No podía faltar tampoco ese habitual referente, Ernest Hemingway, con Muerte en la tarde, su particular análisis taurino, o la autobiografía de Laurie Lee, cuya segunda y tercera parte (Cuando partí una mañana de verano y Un instante en la guerra) están ambientadas en España (Un instante en la guerra, concretamente, en la Guerra Civil española). Parece que les fascina especialmente el mundo de la alpujarra granadina, ya que se incluye tanto el aclamado Entre limones de Chris Stewart como Al sur de Granada de Gerald Brenan. Por lo demás, también se hace mención al curioso camino de Santiago recorrido por Tim Moore en Paseos por España: Viajes con mi burro y al Homenaje a Cataluña del maestro Orwell, también relacionada con nuestra guerra civil, donde participó primero como soldado raso y más tarde como oficial.
Varias de estas obras entroncan con el amor de los anglosajones por los libros de viajes, uno de los géneros más populares de la industria editorial británica y estadounidense. Ya en el siglo XVIII abundaban las colecciones que relataban experiencias en lugares ajenos: A Collection of Voyages and Travels, some now first printed from original manuscripts. Others translated out of foreign languages and now first published in English se publicó en 1704 en cuatro volúmenes (en 1732 se reeditó con dos volúmenes más) y contenía variada información sobre nuestro país, dirigida sobre todo a los comerciantes, al igual que la muy popular Biblioteca “Harris”, originalmente conocida como la Navigantium atque Itinerantium Biblioteca. Con el tiempo este tipo de obras se ha vuelto menos académica y más cercano al género novelístico, utilizando frecuentemente el humor (como en el caso de Entre limones de Stewart) surgido del enfrentamiento de los nativos anglosajones con las escenas typical Spanish más familiares y, a la vez, exageradas. Ver nuestro país a través de los ojos del extranjero (como ya hicimos con la fantástica Tesis de Nancy, de nuestro propio Ramón J. Sénder) es siempre curioso e informativo, y nos permite redescubrir todo lo que damos por sentado o preferimos ignorar de una sociedad que resulta, como todas, algo alienígena para el visitante internacional.