Todos los lectores tenemos un escritor con el que nos hemos hecho adultos. Alguien con quien hemos crecido, que nos ha hecho disfrutar como nunca, y que nos ha ayudado a madurar. Alguien que parecía comprendernos, en ese terrible y extraño mundo intermedio entre la infancia y el mundo “de los mayores”.
Para mí seguramente fue Diana. La desbordante imaginación de esta autora británica la ponía por encima de otros similares, por la sencilla razón de que parecía comprender mis miedos, aunque estuviesen en entornos muy distintos (o no tanto) del mío. La caza de brujas de Witch Week (Semana bruja) tenía tantos elementos del mundo que me rodeaba en esos momentos que asustaba, y la protagonista de Black Maria (creo que no se ha traducido al español, por favor corregidme si me equivoco) se parecía asombrosamente a mi propia abuela paterna.
Si el nombre de esta escritora no os resulta familiar, es posible que los fans de Hayao Miyazaki (La princesa Mononoke, El viaje de Chihiro) hayan visto su película El castillo ambulante, basado en la novela del mismo nombre de Wynne Jones. Diana fue una de las muy afortunadas estudiantes británicas que tuvieron de profesores universitarios tanto a J. R. R. Tolkien como a C. S. Lewis. Diría que esto la influyó notablemente, pero también es cierto que la autora tenía cierto oscuro sentido del humor del que éstos carecían. Llevaba ya más de un año luchando contra un cáncer que la consumía, al que finalmente tuvo que rendirse, pero podemos decir que gozó de una vida larga (Diana nació en Londres en 1934) y plena. No dejó nunca de escribir, habiendo publicado más de cuarenta libros (y dos más que están todavía por salir a la luz de manera póstuma). Tenía una estrecha relación con el escritor de literatura fantástica Neil Gaiman, de quien decía que era de los pocos adultos que disfrutaba de su obra sin ser profesor ni bibliotecario. Wynne Jones le dedicó a Gaiman su novela Hexwood, y Gaiman dedicó sus Libros de la magia a “cuatro brujas”, de las cuales una era la autora británica.
Aunque Diana escribía para el público juvenil, sus obras están abiertas a que las disfruten personas de todas las edades. Personalmente, pienso rendirle homenaje releyendo sus libros y buscando aquellos que todavía no he leído. Podría hacer aquí una larga lista de sus numerosos méritos, títulos y premios, como también podría daros más datos biográficos y anécdotas variadas. Pero creo que es mejor pediros que os toméis la molestia de leer algo suyo, o por lo menos que se lo recomendéis a vuestros hijos. Creedme, ya le gustaría a J. K. Rowling escribir como ella, crear los mundos complejos y adolescentes que ella ha creado (paradójicamente, sus libros han experimentado un incremento de ventas gracias a la pottermania, debido a la similitud de algunos de sus temas).
Adiós, Diana. Aquellos que crecimos con tus libros te echaremos de menos. Y aquellos que todavía no te han leído también lo harán, estamos seguros.
Diana Wynne Jones