Hacer una buena adaptación al cine de un cómic/novela gráfica/tebeo (o como queráis llamarlo) no es imposible: después de todo, Cronenberg filmó magistralmente Una historia de violencia, el tándem Rodríguez-Miller parió una Sin City brutal a nivel visual y totalmente coherente con el original y Christopher Nolan ha hecho que veamos a Batman como nunca antes lo habíamos visto, ni siquiera en las dos meritorias películas de Tim Burton de hace dos décadas.
Pero claro, es difícil olvidar que abundan las malas adaptaciones. Sin ir más lejos, Joel Schumacher violó la memoria del enmascarado de Gotham City en dos horrorosas películas que echaron por tierra todo lo que Burton había logrado poco tiempo antes.
Si tuviéramos que hacer un listado sobre las peores adaptaciones al cine de cómics, hay varios nombres que nos vendrían irremediablemente a la cabeza. Y, tras los nombres, imágenes que han poblado las pesadillas de miles de fans de todo el mundo que observaron horrorizados engendros fílmicos que fueron rodados para mayor gloria de los estudios de Hollywood. Un clásico de estas películas malditas sería Superman IV (The quest for peace, 1987). Dejando a un lado la primera de las películas del que probablemente es el superhéroe más popular de la historia, una muy buena aproximación al inmortal cómic, la franquicia entró en franca decadencia inmediatamente. La segunda de las adaptaciones cuyo protagonista fue el malogrado Christopher Reeve era mucho peor. La tercera, horrorosa. La cuarta es sencillamente desastrosa: no estamos hablando tan sólo de una mala adaptación, sino de una de las peores películas de la historia del cine. No, no estoy exagerando ni una pizca, por desgracia.
Otro horror nos llegó en 1995: Juez Dredd. Ver a Sylvester Stallone, ya en horas bajas, destrozando con su sola presencia un cómic que, sin ser la panacea, tenía detalles interesantes, marcó a toda una generación de adolescentes entre los que me incluyo. En comparación, las dos mediocres adaptaciones de Punisher (o El Castigador, como se prefiera) son obras de arte llenas de sutileza. Dentro de poco verá la luz una nueva versión de Juez Dredd, y creo no equivocarme al asegurar que es imposible que sea peor que la ya existente.
Un título muy mencionado cuando se habla de este tema en los mentideros habituales es Catwoman (2004), que se convirtió en una ridícula comedia… sin pretenderlo.
Pero todo es muy subjetivo: a algunos tampoco gustaron demasiado V de Vendetta (2005) por destruir la esencia de la novela gráfica homónima, 300 (2007) por ridícula y Watchmen (2009), y curiosamente del mismo director que 300, Zack Snyder) por ser demasiado inaccesible para los no familiarizados con la obra de la que bebe. Y, aún así, estamos hablando de tres de las películas más importantes de la década, sobre todo a nivel visual.
Queda por ver qué opinará crítica y público sobre The Green Hornet, una no muy ortodoxa adaptación libre de El Avispón Verde, un héroe ya de por sí poco ortodoxo y sobrino nieto, para más inri, de El Llanero Solitario, otro personaje de ficción. ¿Estaremos ante un nuevo bodrio y el primer batacazo serio del otrora admirado Michael Gondry?
Tim Burton
Watchmen