Y pese a todo es el último libro de Juan De Dios Garduño, escritor español especializado en la temática de terror y que ha sido publicado por la editorial Dolmen, que sigue apostando por los muertos vivientes. Aunque no estamos ante un libro basado en adolescentes y centros comerciales, ni mucho menos.
Garduño nos traslada a un futuro cercano donde la Tercera Guerra Mundial ha asolado el planeta merced a las armas químicas, biológicas o nucleares utilizadas por cada parte, incluyendo las genéticas, porque puestos a acabar con la humanidad mejor ser variados. Los diversos ataques obligan a la población a depender de los militares y de sus refugios, a donde son trasladados.
En Bangor, un pueblo de Maine, permanecen únicamente tres almas, Patrick, Peter y su hija. No saben nada del resto del mundo al haberse cortado las comunicaciones y, después de un año, han convertido sus casas en pequeños fuertes ante el temor al pillaje o al enemigo. Vecinos de la misma urbanización Patrick y Peter tienen una historia detrás que les lleva a odiarse profundamente, a no dirigirse la palabra a pesar de no tener más compañía que un perro y una niña pequeña. No parecen capaces de superar este enfrentamiento personal, aislados del mundo en el frío invierno de Maine, ni siquiera cuando una amenaza nacida directamente de la guerra llama a sus puertas.
Y pese a todo, libro del que se acaba de anunciar una versión cinematográfica, es una historia basada en los personajes y en su historia personal, donde los capítulos se suceden con rapidez mezclando de manera inteligente el pasado con el presente, la historia de la guerra con su vida. Garduño consigue llevarnos al terreno del “qué pasa ahora” prácticamente en cada capítulo sin que llegue en ningún momento a decepcionar. Aunque quien esté buscando una típica historia de zombis no la encontrará aquí, pese a la peculiar portada del libro.
Hay que señalar como aspecto negativo la confusión en algunos pasajes de los nombres de los dos protagonistas, sobre todo en el último tercio del libro, que, sin llegar a confundir, sí que molesta bastante. Por su parte la resolución final me dio la sensación de ya vista, pero está claro que a donde había llevado a los protagonistas el escritor (a los que maltrata bastante) pocas soluciones más había.
Un libro muy recomendable y que, probablemente, tendría una visión más completa o contextualizada si fuera una lectora empedernida de Stephen King, como se confiesa el autor. En este punto sí me gustaría señalar que no comparto la decisión del autor de desarrollar la historia en Maine cuando los hechos podrían haberse producido en cualquier otro lugar más cercano al escritor. Uno de los aspectos que han hecho grande a Stephen King es su capacidad para el relato social terrorífico y es una lástima que el autor haya perdido esa oportunidad teniendo que centrarse en referentes que no le son propios, por mucho que el cine y la literatura nos hagan creer que son mejores. Creo que la historia se habría enriquecido mucho de esta forma.
Juan de Dios Garduño Cuenca
Y pese a todo...