Las puertas del infierno es la segunda experiencia del escritor irlandés John Connolly en el campo de la literatura infantil tras El libro de las cosas perdidas.
En esta ocasión, nos encontramos con Samuel Johnson un niño curioso y con ideas un poco extravagantes, como celebrar Halloween una semana antes para demostrar iniciativa. Es así como se entera de que algo raro y con pinta de ser peligroso está sucediendo en el sótano de sus vecinos, un hecho relacionado con el infierno pero también con el Gran Colisionador de Hadrones. Durante esta aventura Samuel descubrirá que no todos los demonios son malos aunque lo parezcan, que los científicos se mueven por lo mismo que él, la curiosidad, y que aunque los adultos no te hagan caso a la primera, siempre puedes contar con ellos si las cosas de ponen mal de verdad. El libro está recomendado para niños de más de diez años.
En esta historia, Connolly consigue un relato divertido y emocionante, con algunos momentos de terror (si tienes diez años, claro, o un alma muy sensible) y con un estilo muy visual, aunque no podemos esperar menos del autor irlandés. La mezcla de ciencia “explicada para niños” con el relato está muy conseguida. Llama la atención como un autor que consigue imprimir a sus novelas adultas un tono tan oscuro y pesimista es capaz de cambiar de registro de esta manera.
Hay que destacar el diseño de la portada que respeta en la edición española el original y que es impactante, siguiendo el estilo de El libro de las cosas perdidas y de Nocturne, recopilatorio de cuentos lamentablemente no editado en castellano.
John Connolly es conocido sobre todo por la serie de novelas protagonizadas por Charlie Parker, detective con oscuro pasado y parece que más oscuro futuro, tal y como avanza la historia. La serie de Parker tiene una estructura clásica de novela negra pero su componente sobrenatural, muchas veces terrorífico, le da un carácter propio que hace que sean muchos los que esperan ansiosos en siguiente libro. La novena novela de Charlie Parker, The Whisperers, apareció en el mundo anglosajón en verano de dos mil diez y, esperamos, que no tardará demasiado en aparecer en las estanterías de nuestras librerías.
John Connolly