Leo que Amazon ha confirmado el número total de Kindles vendidos este año 2010 y cifra el total en unos nada despreciables 8 millones de dispositivos en todo el mundo, unas cifras que lo sitúan en el Olimpo de los aparatos electrónicos, con cifras iguales o superiores a las de otras marcas y dispositivos mucho más visibles en los medios. Todo esto, claro, tras una importante bajada de precios en Kindle y en el Nook de Barnes & Noble, e-reader que acaba de recibir una actualización de firmware, mejorando sus prestaciones.
Es de suponer que la bajada de precios de Kindle y Nook arrastre al resto de marcas -eso dependerá también de acuerdos editoriales-, para dejar el mercado bien receptivo con la llegada de la siguiente generación Kindle, que, si todo va como otros años, aparecerá para la primavera de 2011.
La pregunta es, ¿cuándo vamos a conocer unos datos fiables de venta en España? Sería un primer paso para comprobar si se está creando una base de gadgets para poder vender ebooks, o si se están creando las tiendas y contenidos a un nivel adecuado para evitar que los usuarios se acostumbren a bajar los libros por internet.
Hay que tener en cuenta que si bien no todo el mundo va a pagar doscientos euros por un lector de libros electrónicos para leerse uno o dos libros al año, los que leen mucho sí que pueden ver en estos dispositivos una oportunidad. No sé hasta qué punto se han dado cuenta en las editoriales que la media de libros leídos al año está muy polarizada, que hay verdaderos devoradores de libros y que son ellos sus principales clientes, aquellos que pronto le van a poner el ojo encima a algún lector… y que si no encuentran lo que buscan en las tiendas virtuales son muy capaces de encontrarlo por sus propios medios.
A todo esto hay que esperar si habrá algún cambio en la manera de leer y de escribir. ¿Volverá el folletín? ¿Será el e-reader el causante de la vuelta a primera fila de los cuentos cortos? ¿Se decidirán los periódicos a regalar e-readers con su suscripción? ¿Cómo de rápido avanzará la tecnología para que esos doscientos-trescientos euros por gadget no parezcan desperdiciados al ver modelos nuevos cada seis meses?