Morbo gótico es una novela escrita a cuatro manos por Ana Ballabriga y David Zaplana centrada en la historia de Nicolasa una joven psicóloga madrileña que intenta hacerse un hueco profesional en Lisboa donde vive con su marido, Nuno, inspector de policía. Es gracias al trabajo de su marido como se acerca a uno de sus casos, un asesino en serie que ataca a mujeres sin aparente relación entre ellas y que lleva de cabeza a la policía, mientras intentan que el caso no llegue a conocimiento de la prensa. La ayuda de Nicolasa es, además, vista como una manera de acercamiento para un matrimonio que empieza a perderse entre los silencios.
Aparte de sus problemas matrimoniales Nicolasa va haciéndose un camino profesional, a trancas y barrancas, en Lisboa siempre bajo la sombra de su padre, siempre ausente como tal, pero siempre presente como losa para la carrera de su hija, al menos desde el punto de vista de ella, al ser una eminencia en su campo. Nico, arrastra también un trauma que no le permite dormir sin pesadillas y que lastra su salud y su estado de ánimo; esta incapacidad para dormir la tiene desde niña, cuando vio algo que no debería haber visto, un suceso al que no es capaz de enfrentarse después de tantos años.
La novela discurre entre la vida profesional de Nico con sus pacientes, sobre todo Inés quien está manteniendo una aventura con un hombre casado, su trabajo de voluntaria y sus intentos de destacar en el mundo académico por encima de su padre, y su vida personal, con sus problemas matrimoniales, su negativa a tener hijos, su empeño en ver el reflejo de su padre en todo, incluso en su marido, tomando la relación entre sus padres como espejo para la suya. Y, además de Nicolasa, tenemos a nuestro asesino en serie, un psicópata organizado y salvaje, que nos cuenta en primera persona que hace y las razones de su odio.
Podemos ver por tanto que, en principio, se trata de una historia interesante y que nos puede ofrecer unas horas de entretenimiento. Pero, lamentablemente, los ejecutores de la novela no han estado a la altura de la historia. El estilo, las vueltas de tuerca, el comportamiento absurdo de Nicolasa, aun dentro de su desesperación, la resolución apresurada de puntos importantes de la novela, hacen que en muchos momentos haya tenido ganas de cerrar el libro y empezar con el siguiente de la pila, recordándome por momentos a algunos Jet de Plaza y Janés, en el peor sentido de la comparación. A favor del libro podemos decir que no sigue el estilo de novela negra con detective carismático que tanto estamos viendo en los últimos años y que las descripciones de los asesinatos no son precisamente mojigatas.
Morbo gótico