Muchas veces hemos hablado ya de escritores cuyas obras han pasado de forma reiterada al cine o la televisión, pero ha llegado el momento de hablar de un personaje que aparece en el Libro Guinness de los Récords como el más llevado a la pantalla. No es otro que Sherlock Holmes, el inmortal detective (bueno, “detective asesor”) creado por Arthur Conan Doyle en 1887. Las apariciones de Holmes no sólo se limitan al cine y la televisión, sino que también ha aparecido en múltiples obras de teatro adaptando sus aventuras o en seriales radiofónicos, el más importante seguramente “The New Adventures of Sherlock Holmes” (Las nuevas aventuras de Sherlock Holmes), que estuvo en el aire desde 1939 hasta 1947.
El propio Conan Doyle pudo conocer muchas de esas versiones de su personaje. El primero en interpretar a Holmes fue el actor Maurice Costello, en 1905, en el que fue de hecho su primer papel protagonista en el cine. Costello, que también interpretó a Jesucristo, a Henry Ford, a Marco Antonio, a Herodes o al rey David, entre otros personajes, fue años más tardes uno de los actores (y directores) más famosos de aquel primer Hollywood, todavía mudo, aunque su suerte declinó a finales de los años veinte y acabó arruinado y aceptando papeles minúsculos a cambio de míseros cheques.
Otro de los primeros Holmes fue el alemán Alwin Neuss, que lo interpretó en varias ocasiones y popularizó al detective en los países germanoparlantes justo durante la Primera Guerra Mundial y los años inmediatamente anteriores al tiempo que su colega Georges Tréville hacía lo propio en Francia. El primer actor especializado en interpretar a Holmes fue, no obstante, Eille Norwood, que hizo de asesor-detective en más de cuarenta producciones, basadas tanto en las cuatro novelas como en los relatos (poco le faltó para completar el canon holmesiano), entre los años 1921 y 1923. No estamos hablando, claro está, de películas demasiado extensas. Justo en 1922, sin embargo, John Barrymore, bastante más conocido que Norwood, también hizo de Holmes en la película de 88 minutos (un metraje considerable) dirigida por Albert Parker.
Costello y Barrymore no son los únicos actores conocidos que han interpretado a Sherlock Holmes: habría que citar también a Basil Rathbone (uno de los “Holmes” más clásicos), el carismático Peter Cushing, Alan Wheatley (seguramente el primer Holmes televisivo), John Neville (uno de esos actores casi desconocidos a los que hemos visto docenas de veces en múltiples registros, incluyendo en este caso, muchas décadas después, un cameo en la serie de temática homosexual “Queer as folk”), John Cleese (en clave de humor, como no podía ser de otra forma para uno de los miembros del aclamado grupo cómico británico Monty Python), Roger Moore, Christopher Plummer, Frank Langella, Guy Henry (que pasó de ser “el joven” Sherlock Holmes a hacer de secundario en nuevas adaptaciones y, de ahí, directamente a cameos y papeles secundarios en series británicas tales como The I.T. Crowd), el gran actor Peter O´Toole, Fat Chung (sí, habéis leído bien: Fat Chung), Jeremy Brett (uno de los más conocidos), Michael Cane, Jeremy Irons (aunque desgraciadamente solamente durante una actuación del Saturday Night Live: habría podido ser un gran Holmes), Christopher Lee, Charlton Heston (sí, un Charlton Heston ya anciano, los directores de cásting debían de estar locos), Joaquim de Almeida, Rupert Everett, Jonathan Pryce y, ya más recientemente, el camaleónico Robert Downey Jr., que protagonizó en fechas recientes una de las adaptaciones más sorprendentes del personaje.
El último gran Holmes es, sin embargo, el actor británico Benedict Cumberbatch, que protagonizó la miniserie de la BBC titulada simplemente Sherlock, de sólo tres capítulos aunque todo apunta a que aparecerán más próximamente. Es esta una arriesgada versión, ambientada en el Londres actual, y que llega de la mano de, entre otros, el polifacético Mark Gatiss, un interesante autor inglés que ha pasado de ser script de la famosa serie Little Britain a guionizar a Doctor Who. Sherlock supone una versión más que interesante y extrañamente fiel al original. Y muy divertida, eso también.
Arthur Conan Doyle
Las aventuras de Sherlock Holmes
Sherlock Holmes